El incidente se volvió en todo un escándalo en la opinión pública brasileña este jueves, la cual volvió a poner en primera plana la corrupción gubernamental en el gigante sudamericano, un mal que el presidente Jair Bolsonaro dice haber erradicado en su administración y que le ha obligado a sacrificar a su viejo colega.
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La policía brasileña encontró 30,000 reales en metálico escondidos en la ropa interior de Rodrigues, luego de que varios agentes irrumpieran en su casa de Boa Vista, en el estado amazónico de Roraima, en el marco de una operación que investiga el desvío de dinero público destinado para combatir la pandemia del coronavirus.
Tras este escándalo la presión aumentó en Rodrigues, quien es senador del partido de derecha Democratas, y Bolsonaro no tardó en hacer oficial su destitución como subjefe de bancada dentro del bloque oficialista del senado, señalando que su gobierno combate la corrupción independientemente de quien sea la persona sospechosa.
Anteriormente Bolsonaro había sacado a relucir la relación que mantenía con Rodrigues, calificándola como una “unión casi estable” tras muchos años siendo compañeros en el legislativo.
Ahora el controversial mandatario señala que este operativo es un ejemplo típico de su gobierno, en donde asegura que “no hay corrupción” y que se investiga sea de quien sea.
“Hace dos años que ustedes no escuchan sobre hechos de corrupción en mi gobierno, Mi gobierno son los ministros, las estatales y bancos oficiales. Ese es mi gobierno”, manifestó Bolsonaro ante sus seguidores.
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Durante su contienda electoral, Jair Bolsonaro prometió un empeño total en la lucha contra la corrupción y había advertido que daría una “patada al cuello” a quien practique actos corruptos durante su gestión, sin embargo, el senador Flavio Bolsonaro, su hijo es investigado por sospechas de desvío de dinero.
Las artimañas de Rodrigues
Las artimañas de Rodrigues, quien defiende su inocencia, ocuparon las primeras planas de la prensa brasileña e inundaron las redes sociales, en donde “dinero en el trasero” se convirtió en tendencia.La peculiar manera en que Rodrigues intentó burlar a las autoridades resucitó algunos de los capítulos más recordados en la historia de la corrupción de Brasil, un mal que el país arrastra desde hace varias décadas y con la operación Lava Jato en 2014 ganó más atención.
Desde ese momento, las operaciones anticorrupción se han repetido con mayor frecuencia en Brasil, dando lugar a escenas de película como la montaña de billetes encontrada en 2017 en nueve maletas escondidas del exministro Geddel Vieira Lima, hombre de confianza del expresidentes Michel Temer, condenado por blanqueo de capitales y asociación delictiva.
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La Policía Federal ocupó de 14 horas y siete máquinas para contabilizar los miles de billetes que tenía Rodrigues, sumando un total de 51 millones de reales, equivalentes a 8.4 millones de dólares.
