TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Con el mundo avanzando a velocidades importantes, tener una pausa para descansar y recuperar las energías es imperativo si se busca gozar de un bienestar integral.
En ese sentido, el médico David Ávila desglosa una serie de recomendaciones para mejorar los ciclos de sueño y, con ello, potenciar la salud general.
Primero que todo, es importante mantener un equilibrio de hábitos saludables. Hacer ejercicio regularmente e incorporar una alimentación balanceada es ideal para favorecer el descanso.
“Lo recomendable es evitar ingerir comidas pesadas, cafeína y bebidas alcohólicas por lo menos en las últimas cuatro horas del día”, resaltó el experto.
Y aunque en esta era tan tecnológica puede ser difícil, es preciso dejar los dispositivos electrónicos a un lado para poder descansar plenamente, ya que la omnipresencia de las pantallas inhibe la producción de melatonina (la hormona que regula el sueño).
En cambio, mejor opte por actividades más relajantes como leer un libro en formato físico o, incluso, meditar para facilitar la transición.
“Puede crear un entorno propicio para descansar con una habitación oscura, silenciosa y con una temperatura favorable”, sugiere Ávila. Los inciensos, velas aromáticas, luces tenues o cálidas y escuchar sonidos relajantes le pueden ser de utilidad.
Factores que perturban
Existen diversos elementos que pueden perturbar su jornada de descanso. Entre ellos figura el estrés, la ansiedad y la depresión.
Asimismo, hay condiciones que requieren un mayor cuidado, como el insomnio y la apnea del sueño. El primero suele asociarse a problemas médicos subyacentes, hábitos inadecuados o afecciones de salud mental, mientras que la apnea “puede resultar de una disminución del oxígeno en la sangre”, detalló Ávila
Otros síntomas de los trastornos
Es vital saber identificar cuándo se enfrenta a un trastorno del sueño. Síntomas como la dificultad persistente para conciliar el sueño, el despertar frecuentemente durante la noche,
la somnolencia diurna excesiva y los ronquidos fuertes suelen ser indicativos de problemas más serios.
En tales casos, es crucial buscar la orientación de un profesional de la salud para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.