Tegucigalpa, Honduras.- Enfrentar un diagnóstico de cáncer es, sin duda, una experiencia que hace vibrar los cimientos emocionales de cualquier paciente y su familia, pero cuando los niños entran en este plano, la complejidad emocional adquiere nuevas dimensiones.
Ellos, desde su perspectiva, notan cambios, aunque no logren comprender completamente lo que está sucediendo a su alrededor.
Y es así como los adultos empiezan a cuestionarse si abordarán el tema con los más pequeños y cómo lo harán, porque aunque deben hablar con la verdad, no pueden ser tan directos.
“Lo más importante es ser honesto, pero adaptando la información a la edad del niño. Elija un lugar tranquilo para la conversación y asegúrese de que haya tiempo suficiente para hablar y responder preguntas”, dijo la máster en psicooncología Mildred Tejada.
Recuerde que la edad y el nivel de desarrollo del niño determinarán la cantidad y el tipo de información que se le dará para evitar confusiones y miedos innecesarios.
La entrevistada manifestó que “los niños pequeños pueden necesitar explicaciones más sencillas, centradas en el hecho de que el tratamiento ayudará a que su ser querido se sienta mejor. En cambio, los adolescentes pueden estar más interesados en detalles médicos”.
Aquí se extiende una de las habilidades que tanto los padres como los cuidadores deben desarrollar: ser traductores de malas noticias, pero sin perder la sensibilidad suficiente para proteger la inocencia y bienestar emocional de los pequeños.
“Validar sus emociones es crucial. Ayuda diciéndoles que es normal sentirse tristes, asustados o enojados”, puntualizó Tejada, enfatizando que los niños comprendidos sin juicios pueden enfrentar de una forma más saludable la incertidumbre que el cáncer trae consigo.
Algunas estrategias que le pueden ser de utilidad
- Apóyese de libros infantiles: Los libros diseñados para abordar temas como el cáncer son un buen recurso, ya que presentan la información de forma sencilla y adaptada a la edad del niño.
- Fomente actividades creativas: El dibujo, la pintura o el juego les permiten expresar lo que no siempre pueden verbalizar. Estas actividades podrían convertirse en una vía segura para procesar sus emociones.
- Mantenga una comunicación abierta: Procure estar disponible para responder a las preguntas de los niños. A medida que surjan, asegúrese de hablar en un lenguaje adecuado para ellos.
Errores comunes que debe evitar
- Propiciar conflictos en casa: Si los adultos mantienen una actitud calmada, colaborativa y comunicativa, los niños percibirán que, aunque la situación sea difícil, su entorno es seguro.
- Evadir el tema: Al no hablar, los adultos creen que protegen a los niños, pero solo logran incrementar su ansiedad.
- Brindar mucha información: Evite saturar a los niños con detalles o explicaciones demasiado complejas.
- No comprenderlos: Ignorar o minimizar las emociones del niño, diciéndole que “no se preocupe”, es contraproducente.
Signos que debe vigilar
“Cambios en el comportamiento del niño, como aislamiento, irritabilidad, dificultad para dormir, o una bajada en su rendimiento escolar, son algunos signos que debe vigilar después de comunicar la noticia. Si nota que el niño tiene pesadillas frecuentes, pérdida de apetito o muestra un miedo constante, es importante buscar ayuda de un profesional especializado”, explicó Tejada.
La experta
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