Se ha hablado mucho de lo que este tipo de personas provocan en nuestra vida y de que la mejor opción es cortar de raíz cualquier nexo que mine nuestra salud mental.
Si bien esto puede aplicarse al entorno laboral, con un amigo o incluso con una pareja cuyo vínculo decidamos dar por terminado, no siempre es tan fácil salir de ello.
Pero, ¿y si la relación nociva es con un miembro muy cercano, como una madre, un hijo o una hermana? Si salir huyendo no es una opción, y no quiere acabar agotado o desmoralizado, será necesario tener herramientas para que esta relación resulte lo menos dañina posible, más en época de crisis. Lo primero que aclara el psicólogo Antonio Escobar son los rasgos de una persona “tóxica”.
El perfil del “tóxico”
“El término ‘tóxico’ no es un término clínico pero se utiliza coloquialmente para etiquetar a personas que se caracterizan por ser egocéntricas, pesimistas, negativas, incapaces de tomar responsabilidad por sus actos, vanidosas, críticas, autoritarias, tienden a jugar a hacerse la víctima, envidiosas y/o celosas, demandan excesiva atención y manipulan a los demás para obtener lo que desean e incluso culpan a los demás de lo ocurrido (en ocasiones provocado por ellas mismas)”, explica.
A primera vista estas personas pueden dar una apariencia de bienestar pero en la intimidad suelen ser infelices.
No les importa dañar verbal o emocionalmente y van provocando lástima y haciendo que los demás defiendan sus causas para evitar dar la cara o esquivar el enfrentamiento directo.
Pero, ¿cómo identificar si tenemos este tipo de relación? A modo general el especialista explica que no es fácil, “pero en muchos casos estas personas causan un ‘sentimiento de desagrado’ que sólo tiende a incrementar con el tiempo o que tiende a desaparecer temporalmente, pero sólo es la calma antes de la tormenta”, señala.
Ayuda
Si bien hablar con un amigo o un ser cercano reconforta, no sustituye el tipo de apoyo que puede recibir de un psicólogo. La mayoría de los terapeutas han movido sus prácticas en línea. Programas como “La UNAH te escucha” (chat en línea), “Teléfono de la esperanza” (llame al 150) y el Colegio de Psicólogos de Honduras (a través de cuatro líneas: 9532-8538, 8845-8592, 3322-5724 y 9657-0989) están ofreciendo a nivel nacional apoyo gratuito.
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“Lidiar con este tipo de personas es un reto, especialmente durante el confinamiento cuando se debe vivir con ellas. La recomendación más importante a tomar en cuenta es comprender a esa persona. Su comportamiento es producto de sus inseguridades, las emociones que no puede controlar, su temperamento débil, sus complejos y sus propios pensamientos. Una vez comprendido esto, se puede reconocer que uno no es el problema, son ellos”, recalca Escobar.
¿Cómo neutralizar a este tipo de personas?
De acuerdo con el también psicoterapeuta individual y familiar, generalmente un comportamiento negativo prevalece porque hay algún tipo de beneficio, pero cuando se corta ese beneficio, que puede ser manipulación o control, ya no obtiene lo que pretendía y, en muchos casos, el comportamiento cesa.
De ahí la importancia de adoptar estrategias de afrontamiento. Por ejemplo, establezca límites. Estos en cualquier circunstancia sirven para blindarnos contra cualquier daño que atente contra nuestra salud mental. Fijarlos significa poner en palestra lo que sentimos, necesitamos y esperamos.
En el proceso no señale el comportamiento de esa persona nociva, sino que exponga cómo sus acciones o palabras le hicieron sentir y qué necesita. Y en este punto va a requerir de ser directo y específico.
Descripción
El término 'tóxico' no hace referencia a un tipo de persona, sino a un conjunto de rasgos personales que resultan nocivos.
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A la hora de plantear límites también importa el tono de voz neutral. La modulación puede ser incluso más importante que su elección de palabras, así que preste atención tanto a cómo lo dice y qué dice.
Trate de evitar gritos, sarcasmo, maldiciones y otros signos de ira o desprecio; esto aleja a las personas de su mensaje y, por ende, dejan de escuchar y comienzan a actuar de forma agresiva.
“Un límite importante es el de evitar conflictos innecesarios. Muchas personas ‘tóxicas’ crean conflictos donde realmente no los hay. El decidir no tomar parte en el conflicto o no darles la importancia que están demandando les demuestra que esa no será una forma de obtener lo que quieren. Detectar la manipulación no es fácil, pero al reconocerla se pueden construir límites que deben mantenerse. Esto brindará una estructura sólida que sin importar el desequilibrio que ellos deseen introducir en el hogar, difícilmente colapsará”, dice Escobar.
Por otro lado, al abordar un punto no comience con frases acusatorias como “es que usted (o vos)”, esto pone a cualquiera a la defensiva.
¿Otra claves? No justifique, discuta, defienda ni explique. Algunas personas nocivas son exigentes, controladoras y parecen disfrutar perversamente de molestar a los demás. Es mejor no justificar su comportamiento, discutir, defenderse o explicar demasiado. Hacerlo no es productivo.
Simplemente prolonga el conflicto o le da más argumentos a la contraparte.
Otra estrategia prudente puede ser dejar pasar. Si hay problemas que se pueden abordar tras el período de aislamiento social, que no sean graves o que en una rutina normal no ocurren, es mejor restarles importancia.
De cualquier manera, hacerlo conscientemente es una estrategia a corto plazo; solo tenga cuidado de que no se convierta en algo a largo plazo porque evitar a menudo crea problemas adicionales.
A esta lista se suma abordarlos sobre sus acciones o comentarios groseros.
En lugar de reaccionar de inmediato, pregúntele inquisitivamente al miembro “tóxico” de su familia por qué le habló o hizo X acción.
La gente no siempre reflexiona lo que dice o hace, así que al afrontarlo puede alentarlo a recapacitar.
¿Soy la persona nociva?
Nadie está exento de ser “tóxico, hasta quien posee una alta inteligencia emocional puede, en algún momento, deslucir con actitudes nocivas. Lo esencial aquí es comprender qué se define cómo tóxico, cómo modificarlo y ser conscientes de que ese comportamiento puede deberse a graves problemas de apego, capacidad de comunicación y empatía. Y en esa línea, admitir tener un problema es clave, devela madurez y autorrealización. También se trata de ser una mejor versión de sí mismo. Sea consciente que lo que come, sus elecciones, su salud mental y su propia autoestima están relacionados con ser nocivo
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El problema con los consejos no solicitados es que incluso si están destinados a ser útiles, a menudo se los percibe como controladores o críticos, lo que puede generar resentimientos o discusiones. Y evite los temas divisivos.
A veces, las personas “tóxicas” intentan atraernos a conversaciones que solo conducen a discusiones y daño emocional. ¡Así que no muerda el anzuelo! Esté preparado, ignore o salga de la habitación si surgen.
A modo de conclusión, el experto aconseja que a la hora de tratar con estas personas en el día a día, opte por usar la asertividad para frenar y poner límites (cuanto antes, mejor), hacerse respetar, saber cómo tener autocontrol y mostrar confianza es básico