Tegucigalpa, Honduras
Recibir la noticia de que el cáncer se ha instalado en una de sus mamas es quizá uno de los eventos más duros en la vida de una mujer, pero una vez que el diagnóstico ha sido confirmado no existe otra opción que hacerle frente y demostrarle que la vida continúa.
“El impacto que esto causa es gigantesco y múltiple. Primero, la persona se enfrenta a la realidad de que tiene una enfermedad que podría cobrarle la vida; y segundo, debe encarar una posible muerte prematura de una forma no natural”, explicó la psicóloga Patricia Mackay.
La incertidumbre de no saber de dónde viene y la amenaza inminente contra el propio cuerpo no son realidades fáciles de digerir. ¿Qué lo causó?, ¿por qué a mí?, ¿y si pierdo mi cabello y mis senos?, son algunas dudas que comienzan a surgir.
“La modificación de la apariencia física y el aspecto psicológico que se involucra al hacerse una nueva imagen de su cuerpo sin una parte con la que ha convivido toda su vida son golpes diferentes que hacen todo más difícil”, dijo la experta, agregando que la repercusión va más allá de la individualidad cuando la mujer tiene hijos, porque la tormenta se ve arraigada a su rol de madre.
“No bastando la realidad de afrontar esta noticia, el temor de comunicarla con sus padres, esposos, hijos y demás es un peso extra. Aceptar que se tiene cáncer de mama es duro, es fuerte, es desgastante”, expresó.
Asimismo, comentó que la mayoría de las mujeres comienzan a experimentar insomnio, falta de apetito y una mezcla de enojo con tristeza. Algunas se vinculan con su fe y espiritualidad, mientras que otras se enojan y se niegan a aceptar el diagnóstico. “Hay un abanico de reacciones, pero ninguna va a aceptar con alegría una noticia como esta”, apuntó.
Respuestas y alternativas
Mackay comentó que hay una variedad de respuestas que surgen en el entorno cercano de una paciente con cáncer de mama. Algunos tienden a minimizar la enfermedad y se comportan indiferentes, otros sobreprotegen demasiado a la mujer y le impiden disfrutar de su vida, hay quienes reaccionan como si el mal fuera contagioso y optan por tomar distancia, aunque también hay reacciones que son positivas; de apoyo y empatía hacia la afectada.
“Es necesario saber que aún teniendo estas respuestas positivas, hay mujeres que entran en depresión, por lo que es necesario que busquen mecanismos de ayuda para que puedan sobrellevar este impacto de una mejor manera”, apuntó la psicóloga.
Dentro de estos, el número uno es buscar ayuda. “Los psicólogos estamos preparados para acompañar a las personas en momentos de crisis, en enfermedades terminales, en cuidados paliativos y demás situaciones similares. Las vivencias emocionales en cada etapa van cambiando y estamos listos con palabras, discursos, comprensión, técnicas y lo que las pacientes necesiten”.
Asimismo, la experta explicó que la persona que tiene cáncer necesita desahogarse en lugar de recibir instrucciones. La familia no debe olvidar que la víctima sigue siendo la misma persona y aunque haya que cuidarla más, su entorno juega un papel fundamental para su recuperación.
“La paz mental debe ser un acompañante, por lo que es indispensable llevar un tratamiento psicológico de la mano con la terapia médica. El estado mental modifica completamente el sistema inmunológico y es difícil tener estabilidad emocional, manejar el estrés y controlar la ansiedad estando solo”, afirmó Mackay.
La vida continúa“Si la persona se hace su autoexploración y mamografía cada seis meses, es factible detectar la enfermedad lo antes posible y dar un tratamiento a tiempo. Si nos cuidamos el cabello, las uñas y demás aspectos físicos, también hay que dedicar tiempo a la salud reproductiva. Aún así el cáncer no siempre significa muerte y un estado de ánimo positivo que le permita a la persona creer que puede vencer la enfermedad es el mejor aliado”, expresó Mackay.