Tegucigalpa, Honduras.- Con el propósito de impulsar la prevención y detección temprana del cáncer de mama como principales recursos para salvar vidas, conocer los factores de riesgo asociados con esta enfermedad se vuelve imprescindible.
Aspectos genéticos, hormonales y de estilo de vida son preponderantes. Y aunque no necesariamente originan el cáncer de manera directa, sí incrementan la susceptibilidad de las personas a desarrollarlo.
La doctora Mariela Medina, especialista en Ginecología y Obstetricia, subraya que la edad sigue siendo un factor de riesgo importante. “Cada vez estamos viendo a pacientes más jóvenes desarrollar cáncer de mama, y esto debe ser considerado una alerta”, lamentó, recordando que las mamografías deben hacerse de manera obligatoria anualmente a partir de los 40 años.
“Sin embargo, en pacientes que ya presentan otros factores de riesgo lo recomendable es comenzar a realizarlas desde los 35 años de edad de manera rutinaria”, esclarece.
De hecho, “si un paciente detecta alguna anormalidad o incomodidad en sus mamas antes de ese tiempo, la mamografía debe ser igualmente realizada. Solo si es muy joven se le indica inicialmente un ultrasonido”, informó.
El estilo de vida es decisivo
La doctora Medina detalla que hay otros cinco factores de riesgo determinantes en el desarrollo del cáncer de mama y que son, afortunadamente en su mayoría, modificables.
“Estudios recientes muestran que el principal factor de riesgo es la nutrición. El 50% de las pacientes que desarrollan cáncer de mama tienen sobrepeso u obesidad”, advierte, añadiendo el sedentarismo como segundo punto en contra. “A las personas sedentarias, que no practican ejercicio físico o simplemente son inactivas físicamente, también les corresponde un buen porcentaje”, recalcó.
En tercer y cuarto lugar, respecto al orden de incidencia, la experta apunta al consumo de alcohol y el tabaquismo, igualmente detonantes de muchas otras enfermedades y la mayoría de tipos de cáncer.
Mientras que en cuanto a la herencia familiar, “hay un porcentaje del 10%, aproximadamente, de riesgo de que 'si yo tengo un familiar de primer o segundo grado con cáncer de mama, también vaya a desarrollarlo'”, explica.
Recomendaciones
En relación a que la mayor parte de estos condicionantes están sujetos al estilo de vida, la doctora incita a la población a mejorar sus hábitos diarios y, en consecuencia, optimizar su calidad de vida.
“Comer de manera saludable, incluyendo proteína de buena calidad , frutas, verduras, vegetales, alimentos naturales, así como reducir al mínimo el consumo de ultraprocesados, comida chatarra, grasas saturadas, condimentos y embutidos es la base”, desglosa.
En esa línea, mantenerse en un peso saludable es una excelente meta, lo mismo que practicar ejercicio físico diario o de manera regular, y limitar o eliminar por completo el consumo de bebidas alcohólicas y tabaco.