Apocalypsing: La urgencia de enamorarse para evitar la soledad

Tegucigalpa, Honduras.- Es fácil perderse en el caos del amor, dicen por ahí, y sobre todo en una sociedad que lo idealiza instantáneamente.

En los últimos años, ha tomado fuerza un concepto que no es más que un impulso voraz, casi irracional, de proyectar expectativas de “amor eterno” en cualquier relación que comience, sin importar su solidez o profundidad real.

Y en el afán de llenar vacíos existenciales, este término denominado como apocalypsing se desprende de una narrativa cultural que glorifica los finales felices, porque “vivimos en una realidad que ha romantizado la idea de que el amor lo es todo, y esa presión empuja a las personas a aferrarse a relaciones que no siempre son saludables”, cita la psicoterapeuta Helen Maradiaga.

Este fenómeno lleva a muchas personas a comportarse como si la relación —que apenas comienza— fuera la última oportunidad de amar; sofocando, en la mayoría de los casos, cualquier chispa inicial.

“Esta manifestación del miedo a la impermanencia trae consigo una profunda inseguridad personal”, explicó la experta, quien además enfatizó que una relación sólida y duradera “requiere tiempo, esfuerzo y paciencia”.

Aprender a creer más en usted mismo y en depender de su propia compañía antes que fijarse en la de los demás son sugerencias de la entrevistada.

“De lo contrario, sin darse cuenta, estará con una persona que lo abusa psicológicamente porque sus límites emocionales no fueron trazados ni pensados desde el inicio”, finalizó.

Para menguar esta tendencia, la experta sugiere la introspección como primer punto.

Además de dejar de centrarse únicamente en el futuro, aprender a estar cómodo con la soledad y establecer límites emocionales desde el inicio.

Maradiaga puntualiza que “el miedo a la soledad ha alcanzado niveles tan altos que prefieren aferrarse a una ilusión antes que enfrentarse a la propia compañía, impulsando a proyectar expectativas irreales sobre relaciones que, en otros tiempos, habrían sido manejadas con paciencia y sin la carga del ‘para siempre’ sobre los hombros, como ahora”.