TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Entre los hábitos perjudiciales que impactan directamente en la salud, la socialización y el desarrollo cognitivo de los niños, algunos suelen ser tan comunes como subestimados.
Para nadie es un secreto que muchos padres presentan dificultades para establecer límites durante la crianza. Pero cuando esta barrera nace desde la falta de identificación de los errores, el reto se vuelve aún más complejo.
Primero hay que recordar que la mala alimentación en los niños tiende a ser producto de una mala alimentación en los padres. Permitir que sus hijos coman lo que quieran, aunque se trate de alimentos bajos o nulos en nutrientes, es contraproducente para su salud. También está mal permitirles saltarse comidas o comer a destiempo.
En referencia al punto anterior, investigaciones mundiales demuestran que comer mirando la televisión es uno de los principales factores que inciden en el sobrepeso, tanto en niños como en adultos. El cerebro no reconoce la señal de que ya ha comido suficiente, y come más de lo necesario, afectando hasta el proceso de digestión.
Alto al sedetarismo
La falta de ejercicio en familia suele ser otro enemigo de la salud de los pequeños, que crecen creyendo que si mamá y papá no se ejercitan es porque no es necesario. Recuerde que el sedentarismo en la infancia y la adolescencia se potencia cada vez más con el uso de las nuevas tecnologías.
Finalmente, debido a que los niños necesitan entre 10 y 12 horas de sueño por la noche, con ligeras variaciones según la edad, irse a dormir tarde con sus hijos es una pésima idea. Si ellos no duermen lo suficiente, se mostrarán irritables, desconcentrados, apáticos y estarán cansados. Así mismo, habría déficit en la memoria y el razonamiento.
Otros errores que se vuelven comunes
Ningún padre planea inculcar, al menos de manera consciente, hábitos insanos en sus hijos. Pero la normalización de conductas perjudiciales es un problema recurrente. Identifique los siguientes eventos y modifique su actuar.
Fumar delante de ellos. El pésimo hábito de fumar frente a sus hijos puede causarles enfermedades como: asma, infecciones respiratorias, tos crónica y otros problemas pulmonares.
Tolerar malos modales. Nadie debería exigirle a un niño que se comporte como un adulto cuando no lo es, pero es claro que los modales es algo que se les debe inculcar desde temprana edad.
Descuidar el vocabulario. Si en casa las personas que conviven con los niños se tratan mal o usan un vocabulario inadecuado, estos adquirirán el hábito y luego será difícil corregirlo. La tarea de corrección debe comenzar con un buen ejemplo adulto.
Ser demasiado controladores. Caer en la sobreprotección es impedir que los hijos aprendan de sus errores. Así como también elegir por ellos, controlando sus gustos y preferencias, afectando su seguridad.