TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Perseguir constantemente la idea de que los niños estén ocupados todo el tiempo se ha vuelto la premisa de muchos padres que, con y sin intención, están saturando la mente de sus hijos.
Creer que momentos de ocio son equivalentes a una pérdida de oportunidad es un pensamiento fácil de adoptar, pero la realidad es que incluso el aburrimiento produce excelentes beneficios en las personas, sobre todo en edad infante.
Aprender a emplear períodos vacíos de tiempo es poner la mente a trabajar de modo que los propios gustos e intereses vayan aflorando, permitiendo que los pequeños forjen su personalidad y logren diferenciar lo que más disfrutan hacer.
En esa línea, es esencial que los niños gocen de suficiente tiempo libre para permitirse explorar el mundo externo y también su mundo interno. Así se relacionan consigo mismos y con lo que les rodea, dedicándose a imaginar, inventar y crear; habilidades esenciales para un buen desarrollo cognitivo.
Las horas sin estructurar los retan a encontrar sus propias pasiones debido a que la mayoría consigue algo que hacer en seguida. Principalmente, el juego libre, relacionado directamente con la actividad física: esconderse, perseguirse, correr, saltar, caminar... o tal vez puede ser construir un fuerte o jugar a la casita.
Ahora bien, una implicación clave es tener que gestionar un estado negativo en los niños, como la típica frase “estoy aburrido”. La mayoría de los padres intentan evitar el malestar, pero en el caso del aburrimiento se trata de retrasar la gratificación inmediata, lo que mejora la tolerancia a la frustración mientras promueve la reflexión.
Habrá casos que necesitarán ayuda
Si el tiempo libre ofrece tantas ventajas a los niños, ¿por qué algunos no pueden encontrar algo que hacer? Existen diferentes motivos y maneras de compensarlos, como los que leerá a continuación:
Reduzca el tiempo de pantallas. En la actualidad los niños crecen con la ciencia y las pantallas a su alcance, incluida toda la información y el entretenimiento que se vuelven inmedibles. La solución explícita es reducir el tiempo que pasan diariamente frente a celulares, computadoras y televisores.
Permítale más interacciones. Otra razón común por la que los niños no logran llenar esos espacios vacíos es porque no tienen a nadie con quien jugar y aún no han descubierto lo que les gusta hacer solos. Esto requiere que interactúen más con amiguitos de su edad y tengan más recursos a su disposición de dónde escoger.
Trate de conectar con ellos. Y si el problema es que necesitan mayor conexión parental, usted deberá poner más de su parte. Si su hijo lo interrumpe mientras está ocupado, probablemente sea porque requiere de su atención. Intégrelo, de alguna manera, a lo que sea que esté haciendo, luego él decidirá si continuar o hacer otra cosa que le agrade más.