CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO.- Frente al advenimiento del internet y la saturación de los mercados laborales tradicionales, América Latina y el Caribe libran una batalla forzosa: resolver la falta de perfiles y competencias digitales en la región.
De acuerdo con un informe reciente del Banco Mundial (BM) sobre competencias y habilidades, si bien la digitalización, el trabajo remoto y la demanda de servicios y habilidades blandas han impulsado la Cuarta Revolución Industrial en Latinoamérica, tres de cada diez empresas tecnológicas no logran captar talento digital regional.
“En Colombia, por ejemplo, según el Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones (MinTIC), para el 2025 habrá un déficit de 200 mil profesionales TIC. Una situación similar ocurre en Brasil, donde anualmente se registra un adeudo del 66% de talento humano en el sector. Sumado a ello, de acuerdo con la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la información (CUTI), hay un déficit de 3,000 especialistas por año que debe compensarse con talento internacional”, dijo Claudia Uribe, directora de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe de la UNESCO en Chile, durante la Cumbre Regional de Talentos en Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) 2022, celebrada en Ciudad de México del 24 al 25 de noviembre por el gigante de telecomunicaciones Huawei.
En esa línea, se estima que para el cierre del 2022 en América Latina habrá un déficit de 48% de mano de obra digital. “Ante la demanda, la oferta de talento regional no es suficiente. La formación de los talentos para impulsar la transformación digital de la región debe ser, sin duda, un componente indispensable en las agendas de gobierno”, enfatizó.
Flancos
A partir de este escenario, que interpela a los sistemas de educación y formación de talento digital, surgen cuestionamientos clave: ¿qué desafíos plantea el contexto latinoamericano y del Caribe para formar talento digital?, ¿cómo acortar la brecha de escasez?
Para Uribe, uno de los flancos a reforzar es “ordenar los diversos tipos de programas formativos que se imparten en distintos niveles cualificados. Además, esto se debe hacer desde diversas instituciones y organizaciones del sector público privado”.
En otro extremo está la falta de una estructura y un mecanismo de ordenamiento que producen, en muchos casos, ineficiencia, al tiempo que debilitan la capacidad de respuesta del sistema de educación y formación a las cambiantes demandas del sector TIC.
“El financiamiento, infraestructura y equipamiento tecnológico son ejes principales en prácticamente todas las agendas nacionales de capital humano”. Por otro lado, un desafío no menor constituye la preparación y actualización permanente del personal responsable de formar el talento digital, que sean docentes, instructores o formadores en puestos de trabajo.
“Un aspecto estratégico a considerar es la adopción de una perspectiva de aprendizaje a lo largo de la vida para la formación del talento digital. Es decir, no basta con mejorar los cursos universitarios y niveles técnicos en TIC, también es importante desarrollar las vocaciones y los talentos desde etapas muy tempranas de la educación formal”, dijo.