Esperé este día con tanta alegría que cuando “me bajé del tren” estaba celebrando eso que por 48 años mi pueblo llamó ¡Haztecazo!
Ahora podrán decir que “Honduras solo se entrena para vencer a México” y con insultos racistas se sacarán los corajes que la selección de los 250 millones de dólares les ha dado.
Honduras está en la eliminatoria y para nosotros México ya es historia.
Nos quedamos con aquel sabor amargo en marzo en San Pedro Sula y en el DF la H se lo sacó de un tequilazo.
Con todo y extranjeros, con todo y Clembuterol, con burlas añadidas, con lo que quieran, pero Honduras les ha hecho ver (en el segundo tiempo) y les ha ganado con justicia.
Y aún y cuando el árbitro panameño Roberto Moreno pitó más del lado mexicano, nuestros jugadores se dedicaron más a lo suyo...
Con un segundo tiempo esplendoroso, lleno de actitud, de aptitud y deseo. Tras los cambios hechos por Suárez en la segunda mitad, con un compromiso propio de haber dejado que México jugara fácil en los primeros 45 minutos, el tiempo de complemento fue realmente de una “bestia”, que jugó en su casa, el lugar donde se movió, el lugar que conoce, y no hablo solo de su infancia, sino de lo que hizo en la cancha:
Carlo Costly. Verdugo absoluto del Tri, se gastó 20 minutos de entrega pura, con una sonrisa interminable de Luis Suárez, con esa satisfacción de saber que lo hizo bien.
El arco de los milagros
El Cocherito tuvo dos minutos de ensueño, dos minutos gloriosos de inspiración pura.
Dos jugadas que le salieron del alma. La primera al 64 tras buscar a criterio propio una pelota que sosa y alta y desde el borde del área soltó un obús que Jesús Corona no pudo detener, allí estaba el hombre más frío de Honduras.
El Avestruz Bengtson, el goleador de la H en la era Suárez no perdonó (en esta, tuvo otra más clara) y la clavó en el corazón de Tenochtitlán: una estaca hiriente y de mal presagio.
El Azteca se sintió silenciado. Y dos minutos después, cuando el Tri quería recuperarse, desde la banda izquierda, Emilio Izaguirre soltó el pelotazo de contragolpe, que Carlo Costly tomó casi en medio campo, corrió con ella con dos marcas al lado y cuando llegó al área gritó: ¡Haztecazo!
(Por la noche la prensa mexicana dijo que no era Aztecazo, porque ya se los habían dado).
La pelota ingresó en el “arco de los milagros”, allí donde la clavó Enrique Reneau en 1996 y Julio el Rambo de León. Con eso se ponía el 2-1 y a trabajar los corazones más que nunca.
La eliminatoria continúa y ahora hay que pensar en Panamá para el martes.
¿Y México? Bueno, que espere la revancha... en cuatro años.
Alineaciones
MÉXICO:
Jesús Corona; Severo Meza, Carlos Salcido, Héctor Moreno, Diego Reyes; Fernando Arce, Gerardo Torrado, Christian Giménez, Ángel Reyna; Giovanni Dos Santos y Oribe Peralta.
HONDURAS:
Noel Valladares; Emilio Izaguirre, Maynor Figueroa, Víctor Bernárdez, Brayan Beckeles; Wilson Palacios, Luis Garrido, Roger Espinoza, Andy Nájar, Boniek García; Carlo Costly.