El celular de Héctor Vargas está que explota. La vida del León ha tomado un giro inesperado en las últimas 72 horas, desde que el lunes por la noche recibió la llamada que esperaba 16 años atrás...
“Era un número desconocido y me llamó la atención la voz, pensé que era una broma, pero luego reconocí que era la de Osman Madrid”, recuerda el entrenador argentino lo que pasó el 2 de diciembre casi a las 10:00 de la noche. “Me dijo que estaba la posibilidad de firmar contrato con Olimpia y de inmediato le expliqué que tenía que hablar con Carlos Molinero (presidente de Victoria), ya que tengo contrato firmado por seis meses más”.
Al sudamericano apenas le dio tiempo de pasar a despedirse del plantel ayer por la tarde, casi al mismo tiempo que daba sus últimas vueltas y se reunía con Molinero por última vez (para rescindir el contrato en buenos términos). “A Carlos le hablé el mismo lunes como 15 para las 11:00 de la noche, le expliqué lo que pasaba, que a mis 54 años era el máximo reto deportivo de mi carrera y no hubo ningún problema para que me dijera que sí”.
Ya el martes a las 3:00 de la tarde, Osman Madrid y Héctor Vargas empezaron a redondear el negocio. “La idea mía era llevarme a dos personas que han colaborado conmigo en estos últimos años: el preparador físico Luis Ayala y el preparador de porteros Carlos Escobar. Pero la gente de Olimpia me dijo que ellos querían seguir con el mismo equipo de trabajo que había conseguido cuatro torneos seguidos y lo respeté”.
Así las cosas, Nerlin Membreño será el primer asistente técnico de Vargas y se mantiene el argentino Marcelo Emanuelle como preparador físico. óscar Salgado tomará el mando de las reservas.
Esa despedida...
“Por todo lo que vivimos acá, siempre los llevaré en mi mente y mi corazón”, decía el León Vargas, mientras interrumpía ayer la práctica del primer equipo y de cinco divisiones menores; “en estos dos años di lo mejor de mí. Victoria es parte de mi familia, estoy muy agradecido con La Ceiba, con Victoria y toda la gente que me apoyó”, reiteró casi entre lágrimas el famoso León.
Luego, el portero John Bodden le dio una patada (¿de la buena suerte?) en el trasero y le advirtió que la próxima vez que se vieran en el campo no serían amigos...
¿Qué se siente llegar al equipo más popular?
Una gran responsabilidad. El hecho de pelear campeonatos es la exigencia mínima que te da Olimpia, por eso hay que ponerse las pilas y tratar de equivocarse lo menos posible.
¿Se siente capacitado para dirigir a Olimpia, profe?
Por supuesto que sí. Por el tiempo de trabajar en el medio tengo mucha experiencia, así que voy con toda la ilusión de triunfar en Olimpia y con mucho agradecimiento hacia la gente de Victoria, que me dio la chance en un momento duro.
¿Se imaginó estar sentado en ese banquillo?
No, para nada. Repito, cuando Osman Madrid me llamó el lunes le dije que dependía de Victoria, porque no me quería ir por la puerta de atrás ni por la ventana, pero me sentí halagado porque se comunicaron entre directivas y llegaron a un acuerdo, así que hoy llegamos a Tegus.
Tuvo que esperar 15 años para dirigir un grande. ¿Qué se siente ahora? Es que nunca me sentí incómodo dirigiendo equipos chicos; tengo mi familia en Honduras, tengo un buen pasar en Tegucigalpa y nunca me desesperó dirigir un equipo grande.
Lo que sí me gusta es la tranquilidad de llegar a un equipo con todas las comodidades económicas y logísticas, pero nunca me moví como lo hacen otros entrenadores que han dirigido equipos pequeños, como Jairo Ríos y el Tato Ortiz, que después llegaron a equipos grandes. Creo que hay que prepararse para estos retos.
¿Sufrió mucho dirigiendo equipos chicos?
Sí, pero lo hice con gusto porque dirigir es lo que me gusta. En los equipos chicos uno se pelea con un jugador, con un directivo o con un periodista, pero en Olimpia creo que las cosas serán diferentes porque nadie va a criticar a Olimpia en Televicentro. Ese apoyo nunca lo he sentido, porque los equipos que he dirigido no tenían ese apoyo de grandes televisoras.
¿Qué jugadores podrían llegar?
No sé nada al respecto, porque todavía no me he reunido con la directiva, eso lo haremos hasta hoy jueves. No sé qué jugadores hay, quiénes se van, quiénes se quedan, eso será hoy cuando me siente con la directiva.
¿Pero le gustaría llevarse a un Kevin Hoyos o a un Leandro Guaita, por ejemplo?
Es que todo depende de lo que haya, pero por ejemplo en el caso de Hoyos para qué lo ocuparía si tenés a Rojas, que lleva más de 50 goles y tiene 23 años.
¿Y Ramiro Bruschi y Douglas Caetano le interesan? Eso me lo tienen que decir ellos, la gente que ha estado en el club, por eso están ahí. Repito que no puedo hablar de refuerzos o de bajas.
¿Cómo describiría a la afición olimpista?
Exigente, porque está acostumbrada a ganar títulos. Esta temporada no se pudo por lo que ya todos sabemos, pero los aficionados son así, en algunos equipos quieren comer pollo con un lempira y la cosa no es fácil, en el fútbol las cosas son competitivas.
Hace algunos años usted dijo que Olimpia se dirigía solo. ¿Lo sostiene?
Sí lo dije y lo sostengo. Los técnicos sin experiencia que han estado anteriormente han salido campeones, luego han dirigido en otros lados y no les fue bien.
Ahí está el caso de Nahún Espinoza, de Juan Carlos, Juan de Dios Castillo, Danilo Tosello no volvió a dirigir ni siquiera en Argentina. Creo que Olimpia tiene una estructura que puede caminar mucho tiempo sola.
¿Qué le deja la institución?
Salgo bien. Llegué a un equipo que estaba descendido y ahora dejo una clasificación a la Concachampions, dejo una final que se logró con muchas carencias, dejo la venta de un jugador como Júnior Lacayo después de 14 años, dejo la formación de un gran jugador como Darixon Vuelto, dejo un gran legado en Victoria, porque cuando llegué estaba prácticamente descendido.
¿Ha recomendado algún técnico para que lo sustituya?
No, no he tenido tiempo, pero si la directiva me pregunta lo haré. No puedo decir un nombre si no me lo preguntan, porque si lo hago sería como presionarlo.
¿Lo han felicitado sus colegas?
Solamente Carlos Martínez y Francisco Herrera me han llamado. Estoy agradecido con ellos porque me demuestran que son amigos.
¿Tiene buena relación con sus colegas?
No, cada técnico tiene su responsabilidad. En lo particular no me fijo en eso, cuando uno pierde no quiere ver a nadie y cuando gana quiere saludar a todo mundo. Me he sentado en algún momento con Gilberto Yearwood, Carlos Martínez y Chelato Uclés, pero con los otros no tengo ningún tipo de amistad.
¿Qué no perdona? La deslealtad y el desagradecimiento son cosas que todavía no he podido superar, cuando uno hace algo por alguien y esa persona es desagradecida, me cuesta bastante superarlo.