San Pedro Sula, Honduras.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.- “Una Mano para Crecer” es un programa de Walmart en apoyo a la pequeña empresa. Como iniciativa de Valor Compartido, impulsa el desarrollo de los fabricantes de pequeñas y medianas empresas (pymes) manufactureras, con especial atención en el empoderamiento económico de la mujer.
En la actualidad, a través de este programa se apoya a 65 pymes locales, con asistencia técnica durante tres años, tarifas preferenciales en el factor de centralización, pronto pago, ExpoWalmart, capacitaciones empresariales y seguimiento del desempeño del negocio. En Honduras se generan 960 empleos directos.
A sus 63 años, la emprendedora afirma que ha logrado consolidar el sueño que surgió hace más de 30 años, mientras trabajaba en una tienda de condimentos en Holanda, país al que emigró buscando un sustento que le permitiera mantener a sus tres hijos, luego de pasar por un divorcio.
Luego de ahorrar y aprender todo lo que pudo sobre el mundo de las especias, Ana Liseth regresó a Honduras e inmediatamente inició con la elaboración artesanal de condimentos y salsas.
Fue en el año 1995 cuando estableció su microempresa a la que denominó “La Casa de las Especias” con el apoyo de sus tres hijos, a quienes preparó y capacitó en la preparación y empaque del producto.
Una de sus mejores amigas le ofreció un puesto en la Feria del Agricultor, un mercado popular que funciona durante los fines de semana en Tegucigalpa.
Fue invitada a la Asociación de Mujeres Voces Vitales, organización que mantiene alianzas estratégicas con varias empresas para apoyar y empoderar a las mujeres, entre ellas Walmart.
Esa importante alianza era el nuevo impulso que necesitaba, a finales del año 2017 conoció el programa Una Mano Para Crecer (UMPC) de Walmart, donde le brindaron capacitación y asistencia para posteriormente iniciar una relación comercial que le cambiaría la vida.
Ante la apertura comercial con Walmart, la creadora de La Casa de las Especias fortaleció su microempresa con la incorporación de nuevos productos como la salsa curry y salsa para marinar carnes. “En Walmart encontré una empresa solidaria que me impulsó a soñar en grande”, afirma la madre y abuela de 4 nietas que llenan su vida de felicidad.
Aunque su matrimonio no prosperó, Marlene recuerda que tuvo que luchar con más fuerzas para sacar adelante a sus tres hijos.
Marlene hoy tiene 64 años y asegura que sigue trabajando con las mismas fuerzas y el dinamismo que tenía cuando apenas era una jovencita de 21 años.
Ante la necesidad de sacar a sus hijos adelante, Marlene compraba pequeñas cantidades de camarones que revendía a sus amigos de la iglesia Hermanos Unidos en Cristo, ubicada en la colonia Medalla Milagrosa de Tegucigalpa.
Poco a poco ese emprendimiento fue creciendo hasta construir y consolidar lo que hoy se conoce como Distribuidora Mariscos y Más (Delimar), ubicada en la carretera al sur, a 18 kilómetros de la salida de Tegucigalpa.
Comenzó a emprender en el año 2006 y ya para 2007 se había convertido en proveedora de mariscos de calidad para Walmart. Esta alianza de negocios fue, según sus propias palabras, la “luz al final del túnel”.
“Comencé entregando producto a seis tiendas, yo iba a traer producto en un carrito que tenía y lo iba entregar a 6 tiendas en San Pedro Sula y en supermercados Paiz”, recuerda.
Marlene relata que en los primeros años como proveedora de Walmart entregaba un promedio de 2,000 libras semanales, principalmente camarón a granel proveniente de la zona sur y de la costa atlántica. “Ahorita estoy entregando un promedio de 60,000 libras mensuales, entre camarón, pescado, caracol, línea de filetes y la mariscada”, relató con mucha alegría. Fue como proveedora de Walmart que diversificó sus productos y logró tener su propia empacadora, con su marca Delimar.
Cada semana, Nohemí viajaba hasta la aldea Varsovia, ubicada a más 150 kilómetros de Tegucigalpa, para freír plátano de forma artesanal durante 19 horas al día, para luego regresar a la capital hasta con 40 cajas de producto para cumplir con el pedido de sus clientes.
Luego de más de dos años viajando cada semana, en el año 2006 Nohemí y su esposo lograron establecer una pequeña fábrica en una vivienda en la colonia San Miguel de la capital y contrataron a sus primeras dos empleadas.
Se constituyeron con el nombre de Corporación Varsovia. “Mi sueño era distribuir a nivel nacional, así que en el año 2007 yo me acerqué a Walmart buscando esa oportunidad y de inmediato encontré una apertura y apoyo que me hizo sentir que todo el sacrificio que había hecho valía la pena”, apunta.
La relación entre Corporación Varsovia y Walmart inició con la venta de tajaditas Pa´Chicos en presentación en bolsa, distribuidas en todas las tiendas a nivel nacional y ante la aceptación del producto, Walmart propuso a Nohemí dar el siguiente paso a través del programa Una Mano Para Crecer (UMPC).
“Walmart nos propuso vender tajaditas en presentación en bote, nos llevó 6 meses tomar la decisión porque ese tipo de recipientes solo los venden en el extranjero, además teníamos miedo de hacer una inversión tan grande, pero con la ayuda de Una Mano Para Crecer pudimos dar ese salto”.
Con orgullo afirma: “Walmart nos dio todo el impulso que necesitábamos y el producto ha tenido un gran éxito”.
En la actualidad, a través de este programa se apoya a 65 pymes locales, con asistencia técnica durante tres años, tarifas preferenciales en el factor de centralización, pronto pago, ExpoWalmart, capacitaciones empresariales y seguimiento del desempeño del negocio. En Honduras se generan 960 empleos directos.
La dama de la casa de las especias
En el intenso olor a especias en los pasillos de condimentos se puede percibir el trabajo, pasión y entrega de Ana Liseth Pavón Acosta, una emprendedora que con sus productos garantiza la buena sazón de los alimentos.A sus 63 años, la emprendedora afirma que ha logrado consolidar el sueño que surgió hace más de 30 años, mientras trabajaba en una tienda de condimentos en Holanda, país al que emigró buscando un sustento que le permitiera mantener a sus tres hijos, luego de pasar por un divorcio.
Luego de ahorrar y aprender todo lo que pudo sobre el mundo de las especias, Ana Liseth regresó a Honduras e inmediatamente inició con la elaboración artesanal de condimentos y salsas.
Fue en el año 1995 cuando estableció su microempresa a la que denominó “La Casa de las Especias” con el apoyo de sus tres hijos, a quienes preparó y capacitó en la preparación y empaque del producto.
Una de sus mejores amigas le ofreció un puesto en la Feria del Agricultor, un mercado popular que funciona durante los fines de semana en Tegucigalpa.
Fue invitada a la Asociación de Mujeres Voces Vitales, organización que mantiene alianzas estratégicas con varias empresas para apoyar y empoderar a las mujeres, entre ellas Walmart.
Esa importante alianza era el nuevo impulso que necesitaba, a finales del año 2017 conoció el programa Una Mano Para Crecer (UMPC) de Walmart, donde le brindaron capacitación y asistencia para posteriormente iniciar una relación comercial que le cambiaría la vida.
Ante la apertura comercial con Walmart, la creadora de La Casa de las Especias fortaleció su microempresa con la incorporación de nuevos productos como la salsa curry y salsa para marinar carnes. “En Walmart encontré una empresa solidaria que me impulsó a soñar en grande”, afirma la madre y abuela de 4 nietas que llenan su vida de felicidad.
La reina de los mariscos
Proveniente de Nicaragua, Marlene Duarte llegó a Honduras en 1978 con un solo objetivo en mente: triunfar en un país cinco estrellas. Llegó llena de sueños e ilusiones en compañía de su esposo, quien en ese entonces debía viajar a Honduras para atender los asuntos de su trabajo.Aunque su matrimonio no prosperó, Marlene recuerda que tuvo que luchar con más fuerzas para sacar adelante a sus tres hijos.
Marlene hoy tiene 64 años y asegura que sigue trabajando con las mismas fuerzas y el dinamismo que tenía cuando apenas era una jovencita de 21 años.
Ante la necesidad de sacar a sus hijos adelante, Marlene compraba pequeñas cantidades de camarones que revendía a sus amigos de la iglesia Hermanos Unidos en Cristo, ubicada en la colonia Medalla Milagrosa de Tegucigalpa.
Poco a poco ese emprendimiento fue creciendo hasta construir y consolidar lo que hoy se conoce como Distribuidora Mariscos y Más (Delimar), ubicada en la carretera al sur, a 18 kilómetros de la salida de Tegucigalpa.
Comenzó a emprender en el año 2006 y ya para 2007 se había convertido en proveedora de mariscos de calidad para Walmart. Esta alianza de negocios fue, según sus propias palabras, la “luz al final del túnel”.
“Comencé entregando producto a seis tiendas, yo iba a traer producto en un carrito que tenía y lo iba entregar a 6 tiendas en San Pedro Sula y en supermercados Paiz”, recuerda.
Marlene relata que en los primeros años como proveedora de Walmart entregaba un promedio de 2,000 libras semanales, principalmente camarón a granel proveniente de la zona sur y de la costa atlántica. “Ahorita estoy entregando un promedio de 60,000 libras mensuales, entre camarón, pescado, caracol, línea de filetes y la mariscada”, relató con mucha alegría. Fue como proveedora de Walmart que diversificó sus productos y logró tener su propia empacadora, con su marca Delimar.
Una exitosa empresa familiar
Nohemí López Álvarez de 61 años, no puede evitar la emoción al recordar los días en que preparaba tajaditas de plátano para alimentar a su familia. “Mi esposo laboraba en el departamento contable de una empresa de comunicaciones y yo le preparaba sus almuerzos que casi siempre acompañaba con tajaditas y resulta que a los compañeros de trabajo les encantaban y fue así como surgió la idea de empezar a vender tajaditas”, recuerda.Cada semana, Nohemí viajaba hasta la aldea Varsovia, ubicada a más 150 kilómetros de Tegucigalpa, para freír plátano de forma artesanal durante 19 horas al día, para luego regresar a la capital hasta con 40 cajas de producto para cumplir con el pedido de sus clientes.
Luego de más de dos años viajando cada semana, en el año 2006 Nohemí y su esposo lograron establecer una pequeña fábrica en una vivienda en la colonia San Miguel de la capital y contrataron a sus primeras dos empleadas.
Se constituyeron con el nombre de Corporación Varsovia. “Mi sueño era distribuir a nivel nacional, así que en el año 2007 yo me acerqué a Walmart buscando esa oportunidad y de inmediato encontré una apertura y apoyo que me hizo sentir que todo el sacrificio que había hecho valía la pena”, apunta.
La relación entre Corporación Varsovia y Walmart inició con la venta de tajaditas Pa´Chicos en presentación en bolsa, distribuidas en todas las tiendas a nivel nacional y ante la aceptación del producto, Walmart propuso a Nohemí dar el siguiente paso a través del programa Una Mano Para Crecer (UMPC).
“Walmart nos propuso vender tajaditas en presentación en bote, nos llevó 6 meses tomar la decisión porque ese tipo de recipientes solo los venden en el extranjero, además teníamos miedo de hacer una inversión tan grande, pero con la ayuda de Una Mano Para Crecer pudimos dar ese salto”.
Con orgullo afirma: “Walmart nos dio todo el impulso que necesitábamos y el producto ha tenido un gran éxito”.