El caos que se produjo el domingo minutos previos al inicio del juego entre Motagua y Honduras de El Progreso finalizó con la vida de cuatro aficionados que murieron por asfixia tras el zafarrancho que generaron cientos de fanáticos por querer ingresar al recinto deportivo.
La tradegia pudo haber sido mayor sin la presencia de un miembro de la Policía Nacional que se dedicó a rescatar niños que se encontraban en medio del zafarrancho.
Minutos antes de iniciar el juego, miles de aficionados que estaban haciendo fila en el portón número 11 del estadio Nacional empezaron a empujar a las personas que se encontraban adelante de ellos para que agilizaran el paso.
Muchos no se percataron que habían varios menos de edad que empezaron a llorar al ver el caos que se estaba formando.
En un abrir y cerrar de ojos se inició un relajo y fue ahí donde Heber Ordoñez Lagos empezó con su labor.
'Soy ser humano y nunca voy a olvidar lo que hice por esos niños', inició relatando el policía. Ordoñez cuenta que no aguantó ver la cara de desesperación de los menores y procedió a levantarlos del suelo y colocarlos en el techo de una caseta que está en el interior del coloso capitalino.
Con lágrimas en los ojos recordó esos momentos de angustia y dijo: 'No tengo niños, pero el día que tenga los voy a amar y nunca los traeré al estadio'.
Y agregó: 'Esa es una irresponsabilidad de los padres traer menores en una ocasión así'.
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