Tegucigalpa, Honduras
Cuando tiene enfrente la portería de la H, se le iluminan los ojos y se le afina más que nunca la puntería.
Si por daño causado fuese, Clint Dempsey debería ser etiquetado como enemigo público de la Selección Nacional de Honduras.
Y no es exagerar, es simplemente remitirse a la cantidad de bofetadas propinadas a la Bicolor. Siete goles, incluidos un doblete y un triplete, refrendan a la principal amenaza que tendrá Honduras esta tarde en el Estadio Olímpico de San Pedro Sula.
Ya anotó en el Olímpico
El Vaquero inició su festival ante Honduras el 9 de octubre de 2011, cuando en un amistoso jugado en Miami marcó el tanto con el que los norteamericanos vencieron 1-0 a los catrachos.
Dos años más tarde, 6 de febrero de 2013, mojó a la Bicolor por primera vez en una eliminatoria. En la hexagonal rumbo a Brasil 2014, el texano hizo el 1-0 (al minuto 36) de aquel partido que la H de Luis Suárez terminó ganando 2-1, precisamente en el mismo escenario donde se jugará este día.
Si ya había anotado en amistoso y en eliminatoria, la Copa Oro no sería una excepción para Dempsey y así lo demostraría en la edición de 2015.
Y lo haría por partida doble. El atacante marcó los dos goles con los que el equipo de las barras y las estrellas venció 2-1 a Honduras en el Toyota Stadium de Frisco, Texas.
Nos mató en SPS
Clint había golpeado cuatro veces a los catrachos hasta 2015, pero en este 2017 volvió del retiro con la selección para armar su mejor fiesta ante Honduras en la goleada 6-0, que Estados Unidos le endosó a la H en la primera vuelta de la presente hexagonal.
Clint se apuntó un hat-trick y se convirtió en el gran verdugo de Honduras en aquella trágica noche en el Avaya Stadium de San José, California.
El atacante de 34 años de edad hizo tres goles de derecha: al 32 le ganó la posesión a Henry Figueroa para marcar el 3-0, al 49 se quitó a Donis Escober en el mano a mano para hacer el 5-0 y al 54 anotó el 6-0 con un tiro libre que se coló en el poste del Pimpollo.
Hoy querrá extender su racha y ratificar por octava vez que la Bicolor le viene muy bien.
Avisada de los peligros que implica el camisa número 8 de Estados Unidos, la comitiva defensiva encabezada por Maynor Figueroa deberá tener los ojos bien abiertos para vigilar a un Vaquero que suele desatarse cuando ve la bandera cinco estrellas.