TEGUCIGALPA, HONDURAS.-En el cierre de las dos vueltas del Apertura, Zona Deportiva entró en la intimidad del Real de Minas, que hoy enfrenta a Motagua en el Nacional, para conocer la historia de Elisa Vásquez, la fisioterapeuta que se abre camino en un mundo mayormente masculino.
“Soy de las personas que cuando me dicen ‘no puede’, trato de mostrar que sí puedo; nunca me dejé llevar por esas palabras... ja, ja, ja”, son las primeras frases de esta profesional de esbelta silueta al recordar a todas las personas que le han dicho y le siguen diciendo que su trabajo no es para una mujer.
Lejos de los tacones y las faldas, esta capitalina que labora desde hace un año en medio de una veintena de jugadores de la escuadra danlidense afirma que su confianza se respalda gracias al apoyo del cuerpo técnico, en especial de Raúl Cáceres, el estratega del equipo: “Desde el primer día que estoy acá les pidió a los futbolistas que me respetaran como una profesional y todo ha sido así”, cuenta.
¿Cómo llegó a la Liga?
Al graduarse de la Universidad Nacional como técnico en terapia funcional, Elisa Vásquez empezó a trabajar en la clínica del doctor José Avilés, encargado de revisar a los jugadores de Motagua y otros de la LNP.
“Trabajando con el doctor Avilés tuve la oportunidad de atender al profesor Felipe Godoy, actual preparador de porteros de Real de Minas. él fue quien me recomendó”, contó sobre su fichaje para el Minero.
Desde entonces todo ha sido un camino de aprendizaje y muchas vivencias. Y los momentos más difíciles los ha pasado cuando ingresa a los camerinos después de cada encuentro, cuando los futboleros se duchan y se cambian.
“Estoy consciente de que llegué a invadir el territorio de ellos, pero han asimilado muy bien que yo esté ahí... se duchan con su ropa interior puesta y cuando pasan se envuelven en sus toallas. Ya se acostumbraron a tenerme ahí siempre”, relató.
Pero al ser la única mujer en el equipo no cabe duda que los piropos saldrán a relucir. “Ya días me preguntaban eso, si los jugadores me enamoraban. Desde el principio me decían: ‘Doctora, qué bonita anda o doctora, qué bonita es usted’... pero de ahí no pasan porque tomaron muy en serio las palabras del profe Raúl ”, aseveró entre risas cuando lo recuerda.
- ¿Pero qué pasa cuando le toca revisar a un jugador cerca de las partes íntimas?
- Nunca tuve pena porque lo hago todo muy profesionalmente, pues muchas veces se tiene que palpar y examinar cerca de la zona íntima. Lo que siempre les digo es: “Permiso, voy a palpar”. Después de los primeros días cada jugador se adaptó bien a mi trabajo.
- ¿Y le gusta algún futbolista de Minas o de la Liga?
- No, no, no, nada que ver... ja, ja, ja… sí tengo confianza con algunos más que con otros pero no, nada que ver.
Real de Minas se ha vuelto una segunda familia para Elisa Vásquez, que tiene tres hijos y actualmente no tiene pareja; las experiencias que ha vivido con el equipo son únicas y Danlí guarda una anécdota de los Arcángeles.
“Nos tocó quedarnos por la noche en las instalaciones de la UPN... nos mandaron a la casa del terror pues los cuartos estaban llenos de telaraña y a oscuras... ja, ja, ja... escuchábamos ruidos extraños y hasta nos salió una serpiente. ¡Todos estaban con miedo, casi llorando!...
ja, ja, ja”, relató.
Elisa Vásquez se alista para otra jornada de trabajo esta noche. Mientras, no deja de soñar con ser la fisioterapeuta de la H masculina y ya dio el primer paso: es la fisio de la Bicolor femenina.