SAO PAULO, BRASIL.- Argentina y Chile vuelven a verse frente en el último fin de semana en
Copa América, pero en el día menos deseado.
Protagonistas de las dos previas finales del torneo continentales, argentinos y chilenos se miden el sábado por el premio de consolación: el tercer lugar.
¿Tienen ganas de jugarlo?
En lo que respecta a Chile, su volante Arturo Vidal no ocultó su indiferencia por salir a la cancha de la Arena Corinthians de Sao Paulo.
“Si lo miramos fríamente, no hay muchas ganas de jugar por el tercer lugar”, respondió Vidal con candidez.
Y añadió: “No tiene ninguna importancia, sino que es para cumplir nomás”. Vidal podría quedarse en el banquillo debido a que salió con molestias en el tobillo.
Cierto, es un trámite de rigor y que genera tibio interés, luego del revés anímico de caer en las semifinales.
Pese a rendir su mejor partido de todo el torneo, Argentina perdió 2-0 ante el anfitrión Brasil. La derrota prolonga la sequía sin títulos de la Albiceleste, un maleficio de 26 años. También mantiene a su astro Lionel Messi, quien tenía seis años cuando se ganó la Copa América de 1993, a la esperar de alzar su primer trofeo con el seleccionado mayor.
Los argentinos se despidieron de Belo Horizonte masticando amargura y con duras quejas sobre el arbitraje, al extremo que su federación despachó una carta a la CONMEBOL manifestándose “claramente perjudicada” por las decisiones en la semifinal, en particular dos penales que no se cobraron.
El viernes, el técnico interino Lionel Scaloni reafirmó el malestar argentino: “De alguna manera hay que dar vuelta la página y pensar en lo que viene, pero nos sentimos muy dolidos y perjudicados”, indicó.
Scaloni también mencionó que seguirá al frente del equipo hasta el 30 de diciembre tras asegurar superó su prueba en Brasil.
“En caso de no continuar, lo que queda es una buena base para el sucesor”, dijo.
La caída argentina en semifinales se recibió con piedad: el equipo acabó jugando mejor de lo esperado tras llegar a los tumbos y arrancar con una derrota ante Colombia.
Chile afronta el compromiso por el último puesto del podio sintiendo que debería estar en Río de Janeiro y no en Sao Paulo.
La Roja era ampliamente favorita para acceder a la final del domingo en el estadio Maracaná, pero se desinflaron ante el empuje de Perú al caer 3-0. Fin de su reinado y adiós a la ambición de convertirse en el primer tricampeón continental desde Argentina a fines de la década de los 40.
Su técnico colombiano Reinaldo Rueda fue lapidario al señalar que el pecado del equipo que entró “más pensando en jugar la final el domingo”.
Fuera de sintonía con las declaraciones de Vidal, Rueda manifestó que el partido del sábado “importante en todos los aspectos, por dignidad, orgullo”.
Chile conquistó sus primeras dos coronas internacionales dándose el gusto de vencer a su vecino en finales consecutivos, ambas por penales. La primera fue como locales en 2015 y al año siguiente en la edición del Centenario en Estados Unidos, con Messi fallando uno de los remates en la tanda desde los 12 pasos.
En Argentina se deberán hacer dos cambios obligados por acumulación de amarillas, con el volante Marcos Acuña y el delantero Lautaro Martínez. Se conjetura que Paulo Dybala ingresará por Martínez en la línea de ataque y Giovani Lo Celso jugará por Acuña.
“Hay que levantarse y jugar”, manifestó Scaloni. “Todos están motivados y con ganas para terminar el campeonato de la mejor manera. Es importante mantener la imagen que dejó el equipo en estos últimos partidos”.
Protagonistas de las dos previas finales del torneo continentales, argentinos y chilenos se miden el sábado por el premio de consolación: el tercer lugar.
¿Tienen ganas de jugarlo?
En lo que respecta a Chile, su volante Arturo Vidal no ocultó su indiferencia por salir a la cancha de la Arena Corinthians de Sao Paulo.
“Si lo miramos fríamente, no hay muchas ganas de jugar por el tercer lugar”, respondió Vidal con candidez.
Y añadió: “No tiene ninguna importancia, sino que es para cumplir nomás”. Vidal podría quedarse en el banquillo debido a que salió con molestias en el tobillo.
Cierto, es un trámite de rigor y que genera tibio interés, luego del revés anímico de caer en las semifinales.
Pese a rendir su mejor partido de todo el torneo, Argentina perdió 2-0 ante el anfitrión Brasil. La derrota prolonga la sequía sin títulos de la Albiceleste, un maleficio de 26 años. También mantiene a su astro Lionel Messi, quien tenía seis años cuando se ganó la Copa América de 1993, a la esperar de alzar su primer trofeo con el seleccionado mayor.
Los argentinos se despidieron de Belo Horizonte masticando amargura y con duras quejas sobre el arbitraje, al extremo que su federación despachó una carta a la CONMEBOL manifestándose “claramente perjudicada” por las decisiones en la semifinal, en particular dos penales que no se cobraron.
El viernes, el técnico interino Lionel Scaloni reafirmó el malestar argentino: “De alguna manera hay que dar vuelta la página y pensar en lo que viene, pero nos sentimos muy dolidos y perjudicados”, indicó.
Scaloni también mencionó que seguirá al frente del equipo hasta el 30 de diciembre tras asegurar superó su prueba en Brasil.
“En caso de no continuar, lo que queda es una buena base para el sucesor”, dijo.
La caída argentina en semifinales se recibió con piedad: el equipo acabó jugando mejor de lo esperado tras llegar a los tumbos y arrancar con una derrota ante Colombia.
Chile afronta el compromiso por el último puesto del podio sintiendo que debería estar en Río de Janeiro y no en Sao Paulo.
La Roja era ampliamente favorita para acceder a la final del domingo en el estadio Maracaná, pero se desinflaron ante el empuje de Perú al caer 3-0. Fin de su reinado y adiós a la ambición de convertirse en el primer tricampeón continental desde Argentina a fines de la década de los 40.
Su técnico colombiano Reinaldo Rueda fue lapidario al señalar que el pecado del equipo que entró “más pensando en jugar la final el domingo”.
Fuera de sintonía con las declaraciones de Vidal, Rueda manifestó que el partido del sábado “importante en todos los aspectos, por dignidad, orgullo”.
Chile conquistó sus primeras dos coronas internacionales dándose el gusto de vencer a su vecino en finales consecutivos, ambas por penales. La primera fue como locales en 2015 y al año siguiente en la edición del Centenario en Estados Unidos, con Messi fallando uno de los remates en la tanda desde los 12 pasos.
En Argentina se deberán hacer dos cambios obligados por acumulación de amarillas, con el volante Marcos Acuña y el delantero Lautaro Martínez. Se conjetura que Paulo Dybala ingresará por Martínez en la línea de ataque y Giovani Lo Celso jugará por Acuña.
“Hay que levantarse y jugar”, manifestó Scaloni. “Todos están motivados y con ganas para terminar el campeonato de la mejor manera. Es importante mantener la imagen que dejó el equipo en estos últimos partidos”.