SAN PABLO, BRASIL.- Sustituido al descanso en pleno naufragio de
Argentina contra Colombia (2-0),
Ángel di María suma un nuevo episodio en su larga historia de desamor con la
Albiceleste, al punto que la prensa de su país asegura que será el gran damnificado de la derrota en el estreno en la
Copa América-2019.
El extremo del París SG llegó a Brasil con 97 partidos internacionales y todo hacía pensar que llegaría ser centenario durante la Copa América, pero tras su irrelevante actuación frente a los colombianos muchos dudan de que pueda alcanzar ese hito.
Las estadísticas del partido no dejaban lugar a equívocos: en 45 minutos, Di María apenas tocó 15 balones, con 10 pases (de los que falló siete), sin faltas (ni recibidas ni cometidas), ni tan sólo un disparo a puerta.
Números indignos de uno de los pesos pesados del vestuario albiceleste, incapaz de desbordar por la banda izquierda y de abastecer de balones a Lionel Messi, una de sus principales funciones... a priori.
El novel técnico argentino Lionel Scaloni dejó en el vestuario al 'Fideo' al descanso, dando entrada en la cancha a Rodrigo de Paul, que en el mismo tiempo que el rosarino, tocó 38 balones, dio 26 pases (con más de un 80% de efectividad) y creó dos ocasiones de gol... aunque curiosamente los dos goles cafeteros llegaron en la segunda parte.
- Entrenamiento con los suplentes -
Scaloni no ha dado pistas aún sobre el equipo que alineará el miércoles ante Paraguay en Belo Horizonte. El entrenamiento de este lunes fue a puerta cerrada, pero en la sesión del domingo Di María se entrenó con los suplentes en la cancha y De Paul se quedó en el gimnasio con los jugadores que habían sido titulares pese a que ambos jugaron el mismo tiempo... ¿una pista?
'Si la vida de Lionel Messi con la selección argentina ha sido de desencuentros, la de Ángel Di María a veces parece ser un suplicio', escribió el diario Olé en un artículo con un gráfico titular: 'Ángel sin alas'.
Di María, de 31 años, estuvo presente en las decepciones de Argentina en los últimos tres Mundiales: en Sudáfrica-2010 formó parte del equipo inicial que fue humillado por Alemania en cuartos (4-0) y cuatro años después, también en Brasil como ahora, marcó un gol decisivo en octavos contra Suiza para clasificar a la Albiceleste a cuartos de final, pero resultó lesionado y ya no pudo volver a jugar el Mundial.
Pese a los intentos de los médicos de la selección por recuperarle, tuvo que ver desde fuera como sus compañeros perdían la final del Mundial (1-0 contra Alemania). Di María reconoció que su club de entonces, el Real Madrid, le envió una carta exigiéndole que no jugara esa final por temor a sufrir una lesión mayor, aunque aseguró que la rompió 'sin leerla' y que de haber estado en condiciones hubiese jugado.
- La final del 2014 'me persigue' -
'Esa final todavía me persigue. Algunos sospecharon que no la quise jugar por eso de la carta, boludeces. Perdimos y me cayeron (me criticaron), insinuando que me había borrado. El partido que no jugué es el que más me duele de mi carrera', recordaba aún en 2018 en una entrevista con el diario La Nación.
En Rusia-2018 vivió una situación que puede repetirse en esta Copa América. Fue uno de los señalados en el empate inicial frente a Islandia (1-1) y no jugó el segundo partido ante Croacia (derrota por 3-0). Regresó a tiempo para clasificar a la Albiceleste para octavos y pese a marcar un gol a Francia en esa instancia no evitó la eliminación ante los Bleus (4-3).
Como durante casi toda su carrera, su última temporada en el París SG también vivió altibajos. Decisivo en la ida de los octavos de final en Old Trafford, con dos asistencias y victoria del PSG (2-0), participó en la hecatombe del Parque de los Príncipes, sufriendo la remontada del Manchester United (3-1) que marcó el final de un curso para el ambicioso club de la capital francesa que no cumplió con sus mínimos objetivos, las competencias nacionales (por primera vez en cinco años el PSG no logró el triplete y sin la Coupe y la Copa de la Liga).
La Copa América no parece que pueda tener un efecto balsámico para Di María.
El extremo del París SG llegó a Brasil con 97 partidos internacionales y todo hacía pensar que llegaría ser centenario durante la Copa América, pero tras su irrelevante actuación frente a los colombianos muchos dudan de que pueda alcanzar ese hito.
Las estadísticas del partido no dejaban lugar a equívocos: en 45 minutos, Di María apenas tocó 15 balones, con 10 pases (de los que falló siete), sin faltas (ni recibidas ni cometidas), ni tan sólo un disparo a puerta.
Números indignos de uno de los pesos pesados del vestuario albiceleste, incapaz de desbordar por la banda izquierda y de abastecer de balones a Lionel Messi, una de sus principales funciones... a priori.
El novel técnico argentino Lionel Scaloni dejó en el vestuario al 'Fideo' al descanso, dando entrada en la cancha a Rodrigo de Paul, que en el mismo tiempo que el rosarino, tocó 38 balones, dio 26 pases (con más de un 80% de efectividad) y creó dos ocasiones de gol... aunque curiosamente los dos goles cafeteros llegaron en la segunda parte.
- Entrenamiento con los suplentes -
Scaloni no ha dado pistas aún sobre el equipo que alineará el miércoles ante Paraguay en Belo Horizonte. El entrenamiento de este lunes fue a puerta cerrada, pero en la sesión del domingo Di María se entrenó con los suplentes en la cancha y De Paul se quedó en el gimnasio con los jugadores que habían sido titulares pese a que ambos jugaron el mismo tiempo... ¿una pista?
'Si la vida de Lionel Messi con la selección argentina ha sido de desencuentros, la de Ángel Di María a veces parece ser un suplicio', escribió el diario Olé en un artículo con un gráfico titular: 'Ángel sin alas'.
Di María, de 31 años, estuvo presente en las decepciones de Argentina en los últimos tres Mundiales: en Sudáfrica-2010 formó parte del equipo inicial que fue humillado por Alemania en cuartos (4-0) y cuatro años después, también en Brasil como ahora, marcó un gol decisivo en octavos contra Suiza para clasificar a la Albiceleste a cuartos de final, pero resultó lesionado y ya no pudo volver a jugar el Mundial.
Pese a los intentos de los médicos de la selección por recuperarle, tuvo que ver desde fuera como sus compañeros perdían la final del Mundial (1-0 contra Alemania). Di María reconoció que su club de entonces, el Real Madrid, le envió una carta exigiéndole que no jugara esa final por temor a sufrir una lesión mayor, aunque aseguró que la rompió 'sin leerla' y que de haber estado en condiciones hubiese jugado.
- La final del 2014 'me persigue' -
'Esa final todavía me persigue. Algunos sospecharon que no la quise jugar por eso de la carta, boludeces. Perdimos y me cayeron (me criticaron), insinuando que me había borrado. El partido que no jugué es el que más me duele de mi carrera', recordaba aún en 2018 en una entrevista con el diario La Nación.
En Rusia-2018 vivió una situación que puede repetirse en esta Copa América. Fue uno de los señalados en el empate inicial frente a Islandia (1-1) y no jugó el segundo partido ante Croacia (derrota por 3-0). Regresó a tiempo para clasificar a la Albiceleste para octavos y pese a marcar un gol a Francia en esa instancia no evitó la eliminación ante los Bleus (4-3).
Como durante casi toda su carrera, su última temporada en el París SG también vivió altibajos. Decisivo en la ida de los octavos de final en Old Trafford, con dos asistencias y victoria del PSG (2-0), participó en la hecatombe del Parque de los Príncipes, sufriendo la remontada del Manchester United (3-1) que marcó el final de un curso para el ambicioso club de la capital francesa que no cumplió con sus mínimos objetivos, las competencias nacionales (por primera vez en cinco años el PSG no logró el triplete y sin la Coupe y la Copa de la Liga).
La Copa América no parece que pueda tener un efecto balsámico para Di María.