En los clásicos no hay estadísticas solo dos equipos dispuestos a ganar. La Máquina hizo lo suyo y despachó 2-0 a un Olimpia que desafinó en el Morazán.
Real España comenzó a carburar como queriendo intimidar al Blanco, tuvo mayor dominio pero el Blanco no le permitió acomodarse en la cancha. Primi se memorizó cada una de las formas de hacerle daño al Olimpia y lo plasmó en el campo.
Y en eso Benavidez vio a Will Barahona y se la sirvió hasta la esquina derecha de la cancha. El Chechi mandó el centro y Domingo Zalazar llegó a bofetear y anotar el 1-0. Mingo lo celebró con una furia incontenible.
El ataque de Real España siempre estuvo volcado por el carril derecho con un rabioso Will Barahona.
Olimpia tuvo menos la pelota y las veces que atacó estaba en fuera de lugar o sus atacantes la tiraron a fuera.
Era penal
El referato dio de qué hablar en el clásico. Oscar Moncada no pitó un claro penal a favor de La Máquina y después le pitaron un fuera de juego inexistente a Bryan Moya.
Olimpia probó de nuevo con remates de Chirinos, Rojas y Garrido pero los dioses del fútbol les dieron la espalda. Además, el Albo perdió a Dabirson Castillo por doble amarilla y ahí murió la ofensiva Melenuda.
Real España anotó el segundo. Patrick Palacios (debutante) ganó la posición y remató a las manos de Menjibar pero su disparo llevaba demasiado veneno, la redonda se le fue entre las piernas al arquero olimpista. Ahí murió el sueño Merengue de un clásico que se pintó de Aurinegro.