Tegucigalpa, Honduras
Los ilustres apellidos foráneos que alguna vez engalanaron la Liga Nacional son solamente un recuerdo que se guarda en el rincón más grato de la memoria: sin plata en los clubes (cinco en extrema pobreza), con estadios vacíos y deprimentes espectáculos en su mayoría, Honduras ya no representa ningún paraíso que atraiga a jugadores extranjeros.
Dejaron de existir firmas como las de Tosello, Leyes, Luciano o Pedrinho que hicieron delirar a los hinchas, los salarios seducen muy poco y la afición pagó con la misma moneda dejando de ir a las graderías. Cerca del país, Costa Rica, El Salvador y Guatemala superan el promedio mensual de dólares que se le puede pagar a un internacional, por lo que a la Primera catracha llega mucho futbolista de tercer nivel.
Pocas luces extranjeras...
¿Usted conoce a Matheus dos Santos Pinto? ¿Le suena el nombre de Fabián Arsenio Castillo o el de Carlos Esteban Ross? ¿Le es familiar el apellido Barboza da Silva? Todos ellos, aunque no lo crea, jugaron el recién pasado torneo Apertura, pero no dejaron ni tan siquiera recuerdos malos. Una pena.
Pero al Apertura también llegó un puñado de elementos caribeños: en Juticalpa aparecieron con bombos y platillos el defensa Daneil Cyrus y el guardameta Jan-Michael Williams, cada uno con un salario aproximado de 70 mil lempiras.
Cyrus terminó jugando como titular en el equipo de Mauro Reyes sin demostrar condiciones excepcionales y Williams finalizó como tercer arquero después de groseros errores; en La Ceiba la cosa estuvo algo mejor: Héctor Castellón confió la zona explosiva del Rojo a Jamaal Charles, un granadino de 22 años que venía del desconocido Sando trinitense, y Akeem Garnet, un trinitense de 21 años que llegó del W Connection. Cada uno devengó 47 mil lempiras al mes y quien se salva es Jamaal Charles con siete goles en las vueltas.
Salvaron la participación de los foráneos los tres de Marathón. El delantero colombiano Yustin Arboleda recién acaba de firmar su renovación con el Monstruo Verde de Héctor Vargas, que supo mover al gigante de Bagadó, en el departamento del Chocó, hasta exprimirlo con 13 anotaciones.
El techo salarial en el equipo del Paz Baraona es de cinco mil dólares y el sudamericano los tiene bien ganados. Atrás de él pasaron notas de distinguidos el extremo ofensivo cubano Yaudel Lahera y el defensa uruguayo Caue Fernandes.
A la par, en San Pedro Sula, el campeón Real España se llevó un fiasco con el artillero argentino Omar Zalazar. El Oso venía de fracasar en el Atlante mexicano y en Liga Nacional se convirtió en el extranjero mejor pagado: 188 mil lempiras al mes. Aunque terminó de titular, apenas hizo cinco goles.
Entre los otros dos grandes tampoco pasó nada nuevo: Jonathan Rougier cumplió su tercera temporada en Motagua (ganando 94 mil lempiras) y se lesionó antes del juego más importante.
Aunque acaba de renovar, Licona y Fonseca no tienen nada que envidiarle al de Villa Elisa, Entre Ríos, Argentina. Lo de Olimpia rozó lo patético: Andrés Quejada se suma a la lista de últimas malas contrataciones colombianas, junto a John Jairo Sánchez, Jackson Valoy y Javier Estupiñán.
¿Y ahora qué nos traerá el Clausura?