Cumplieron. Costa Rica había prometido la mejor inauguración en la historia de los Juegos Centroamericanos y lo ha logrado.
El majestuoso y moderno estadio Nacional permitió a los organizadores crear una obra jamás vista en la región. El evento, que fue dirigido por la española Delia Piccirili, demostró calidad, cultura, educación, folclore y orgullo por su país. Además, una musicalización que no tuvo nada que envidiarle a grandes eventos de talla mundial.
Se utilizaron efectos en 2D y 3D para hacer algunas representaciones sobre la cancha del estadio Nacional, además de una buena iluminación, efectos de luces y fuegos pirotécnicos que destellaron desde lo más alto de La Sabana para San José.
Uno de los momentos más especiales fue cuando se hizo la representación del mapa de Centroamérica sin fronteras, mientras más de 500 personas se agarraban de las manos en torno de él, en un claro mensaje de unidad total.
El desfile de delegaciones fue otro de los momentos que más reacciones provocó, como el panameño Alvis Almendra, luchador grecorromano que es oficial de policía en su país y que con lágrimas en los ojos recorrió la pista con la bandera de su país. Por nuestro país, el médico cirujano y capitán de la Selección de balonmano, Juan Francisco Ayestas, portó nuestra bandera.