Callado e introvertido, amante del fútbol y poco afecto a las clases en la escuela. Así describe doña Cándida Rosa a su hijo Reynaldo Tilguath, quien es uno de sus grandes orgullos.
“Gracias a Dios es buen hijo, él es bien portado conmigo, siempre me visita... estoy muy orgullosa de Rey”, dice la madre de uno de los jugadores emblemáticos del Olimpia que juega la semifinal ante Real España.
Recuerda que siempre lo envió a la escuela Comunidad Económica Europea y “el día que se graduó me entregaron el certificado y me dijeron que lo pusiera a estudiar más porque no ponía atención por estar jugado pelota, jajaja”.
El Chino Tilguanth vivió en el Hato de Enmedio una vida de un niño normal, jugando potras en la calle y dejando de lado los estudios porque su pasión es el fútbol.
“Rey era callado y huraño, se llevaba jugando en La Guazalona”, recuerda por su parte Bayron Tilguath, sobrino del jugador, quien vivió junto a él toda su niñez.
Madre olimpista
“Yo soy Olimpia desde siempre y solo cuando jugaba en el Motagua lo apoyaba contra todos los equipos menos contra Olimpia”, dice doña Cándida, reflejando una tímida sonrisa en su rostro amable y apacible.
“¿Dice él que es Motagua?, yo no creo”, agrega al tiempo que asegura que los días del clásico se marcha de su casa a ver el partido a otro lugar porque no le gusta molestar a su nieto Bayron cuando celebra por el Albo porque él es Motagua.
Doña Cándida es muy querida en su colonia y prefiere terminar sus días allí para mantener los recuerdos de 25 años de vivir allí.
“Aquí lo quieren mucho y lo llaman solo por Maizoro”.