¡Adiós a los seguidores del Mimado! Su amor al equipo azul profundo los motivó a asistir al Estadio Nacional Tiburcio Carias Andino, sin saber que perderían la vida ese fatídico domingo antes que iniciara la final Motagua-Honduras de El Progreso.
Después de ser reclamados en la morgue capitalina y velados junto a la bandera de su amado equipo Motagua, este martes fueron enterrados los cuerpos de los aficionados José Vidal Zúniga Espinoza, Carlos Alfonso Torres Mendoza, Olman Antenor Cálix Domínguez y Tomás García Vásquez.
En compañía de sus amigos, familiares y el color azul profundo del Motagua de su corazón, los restos mortales de estos amantes del deporte fueron velados en diferentes sectores de la capital y posteriormente llevados donde descansarían sus restos.
El motagüense corazón José Vidal Zúñiga Espinoza fue velado en el Centro Comunal de la colonia San Miguel de Tegucigalpa, y este martes a la 1:00 de la tarde fue sepultado en el cementerio de la colonia La Travesía.
Por su parte, Carlos Alfonso Torres Mendoza fue velado en una funeraria de la capital y a la 1:00 de la tarde de ayer, trasladado hasta el Barrio Arriba, del municipio de Cedros, Francisco Morazán, donde será enterrado por sus familiares.
Mientras tanto, el aficionado Tomás García Vázquez, fue llevado hasta La Esperanza, departamento de Intibucá y hoy fue sepultado en el cementerio de esa comunidad.Olman Antenor Cálix Domínguez, fue llevado por sus familiares hasta la aldea El Sauce, municipio de San Buenaventura, departamento de Francisco Morazán, donde este día será sepultado en compañía de sus parientes y amigos.
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El pasado domingo, Motagua y Honduras de El Progreso definian, quien sería el campeón del fútbol hondureños, por lo que miles de aficionados llegaron al coloso capitalino para ver a su equipo levantar la copa: para Motagua la décima quinta y el HDP la segunda.
Sin embargo, cuando la fiesta se sentía en las gradas repletas por aficionados del Motagua, en las afueras del Tiburcio Carias Andino, policías y aficionados luchaban en el portón 11. Unos para lograr su ingreso y otros para impedirselo.
No obstante, producto de la desesperación por querer entrar al estadio, al menos 25 amantes del fútbol fuero arrollados por una avalancha humana que se generó en ese sector, de las cuales cuatro perdieron la vida. Dos en el Estadio Nacional y otros dos en el Hospital Escuela Universitario.
Este suceso enlutó el fútbol hondureño y la noticia de este nefasto desenlace pintó en rojo las portadas de los diarios nacionales e internacionales, quienes contaron al mundo la tragedia que había ocurrido en el histórico escenario deportivo que adorna la capital de Honduras, Tegucigalpa.
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