Islanda parece estar más vacía que nunca, con una parte importante de su población exiliada en Francia para seguir al seleccionado de fútbol que disputa unos históricos cuartos de final de la Eurocopa el domingo, afectando a todos los sectores de su industria, salvo al turismo que no para de crecer y ganar amantes.
Antes de los cuartos de final de la Eurocopa contra el anfitrión, el domingo, las estimaciones varían por saber cuántos islandeses se fueron realmente a Francia: ¿10.000, 20.000, 50.000? De todos modos, es una cifra excepcional para un país con 330.000 habitantes, que se priva de buena parte de su mano de obra.
Pareciera que todos los islandeses tienen una historia para contar sobre la odisea de unos y otros para llegar a París el domingo: uno que toma un avión a Londres vía Berlín para terminar en el tren Eurostar que lo deje en la capital francesa. Otro que aterrizará en Ámsterdam y de allí llegará por ruta a París. Y así mil historias más. Mucho tiempo, mucho dinero para comunicarse con los nuevos héroes nacionales, lo que deja menos espacio para ejercer sus funciones usuales.
Pero en Islandia, la alta temporada no quedó afectada por el terremoto fútbol. Los turistas extranjeros llegan sin parar, atraidos por los paisajes sensacionales de esta isla, con campos de lava negra, volcanes y géisers.
'Tenemos una pequeña empresa con 15 personas, hay seis que se fueron a Francia. Tuvimos que hacer frente a ello, y a muchas otras compañías les ocurre lo mismo', confía a la AFP Sébastien Tranchand, un francés que trabaja como agente de viajes en Reikiavik.
Los extranjeros que habían hecho sus reservas están contentos de llegar en este momento histórico, y poder participar un poco en esta fiesta inesperada.
'Hay interés de los turistas en el fútbol. Particularmente, los hombres hacen las preguntas. Pero es un tema simple de conversación, en verdad han venido por la naturaleza de Islandia', subraya Anna Karolina Gestsdottir, de la agencia de viajes Around Iceland.
'No creo que haya más turistas gracias a la Eurocopa. Junio-julio es una época cargada de todas formas. Está todo reservado', apunta.
- Monoindustria -
El turismo ha crecido enormemente y es una de sus principales industrias. Por ejemplo, el centro de su capital Reikiavik se parece cada vez más a una monoindustria, y se escucha hablar poco islandés en este verano boreal en particular.
Con el correr de los años, inmuebles y pisos se transformaron en hoteles y habitaciones para alquilar, más rentables, en detrimento de los jóvenes islandeses que no son propietarios.
Con el paso de los meses y años, tal vez los extranjeros se hagan una escapada a esta isla nórdica gracias al fútbol, después de que las imágenes del país gozaran de una 'publicidad' inesperada y gratuita con sus brillantes resultados en la Eurocopa. Las imágenes pasan por todas las cadenas de televisión del planeta. Nunca antes se había dado algo así.
'La gente no sabe nada, no conoce nada. Para ellos es un rincón perdido en el medio del Ártico, y ahora buscan información', según Sébastien Tranchand.
El país recibió un millón trescientos mil turistas extranjeros en 2015, principalmente estadounidenses y británicos, contra el millón del año precedente. Este año ha comenzado con números para batir una vez más el récord, con un crecimiento estimado del 30%. Algunos se preguntan hasta qué punto eso podría perjudicar al ecosistema de la isla. Mientras, muchos islandeses se olvidan de todo en Francia, concentrados en el balón de la Eurocopa.