TEGUCIGALPA, HONDURAS.-
Motagua avanzó a la gran final del fútbol hondureño del
torneo Clausura y ese logro tiene nombre y apellido:
Jonathan Rougier, el arquero de las Águilas que se convirtió en el héroe de los azules al tapar el último penal ante
Franklin Flores.
Tras el partido, el guardameta argentino no pudo contener las lágrimas de la emoción de clasificar a una nueva final. 'Feliz, más que nada agradecido con Dios porque le pedí en ese último penal que me iluminara', dijo Rougier con la voz ya quebrada y con un gran nudo en la garganta.
VEA: Concacaf anunció el calendario de Honduras para Copa Oro 2021
Una vez medio recuperado siguió diciendo: 'Venimos tocados. El equipo, la verdad, que muy criticado, sé que no hicimos el fútbol que estamos acostumbrado, y nada, es a veces esas emociones que salen a flor de piel'.
'Agradecido con Dios porque me iluminó, mi esposa que la verdad se rompe el lomo conmigo en casa con mi hijo para darle una educación hermosa y la familia está lejos. Ya llevamos dos años que estamos acá y con la pandemia se hace difícil. Cosa que por ahí la gente no sabe, pero tampoco ellos tienen porque saber. Ellos miran lo que hay acá dentro del campo y nosotros somos seres humanos', finalizó diciendo Rougier con lágrimas en el rostro en la cancha del estadio Olímpico Metropolitano.
Tras el partido, el guardameta argentino no pudo contener las lágrimas de la emoción de clasificar a una nueva final. 'Feliz, más que nada agradecido con Dios porque le pedí en ese último penal que me iluminara', dijo Rougier con la voz ya quebrada y con un gran nudo en la garganta.
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Una vez medio recuperado siguió diciendo: 'Venimos tocados. El equipo, la verdad, que muy criticado, sé que no hicimos el fútbol que estamos acostumbrado, y nada, es a veces esas emociones que salen a flor de piel'.
Agradecido con Dios
'Uno se empieza acordar de la familia y todas las cosas buenas que Dios nos da, esto es una de ellas, así que muy agradecido con las bendiciones que nos está dando', dijo ya quebrantado de la emoción del juego.'Agradecido con Dios porque me iluminó, mi esposa que la verdad se rompe el lomo conmigo en casa con mi hijo para darle una educación hermosa y la familia está lejos. Ya llevamos dos años que estamos acá y con la pandemia se hace difícil. Cosa que por ahí la gente no sabe, pero tampoco ellos tienen porque saber. Ellos miran lo que hay acá dentro del campo y nosotros somos seres humanos', finalizó diciendo Rougier con lágrimas en el rostro en la cancha del estadio Olímpico Metropolitano.