El Albo volvió a sufrir en una cancha dura, pero del Alfredo León Gómez se ha traído un punto que sabe a mucho; luego de 90 minutos de un duelo de emociones compartidas, Olimpia le robó un 1-1 a Parrillas One, el buen cuadro de Carlos Ramón Tábora que elevó a Donis Escober a la categoría de héroe.
Héctor Vargas mandó un equipo lleno de grandotes, en el que resaltó el debut del defensa colombiano Jackson Valoy Perea. El ex-San Miguelito panameño formó un cuarteto con Fabio de Souza, Johny Palacios y Bryan Beckeles, acaso la muralla perfecta para impedir el avance de Charles Córdova y Javier Estupiñán.
Ahí viene Estupi...
Pero cuando más olía a gol y el Pimpollo se hacía un chicle en el arco para contener los peligrosos avances locales, apareció Estupigol para pintarle la cara a los visitantes.
Anahel Figueroa, dueño eterno de la mediacancha del Parrillero, frotó su lámpara maravillosa y mandó a la guerra al delantero ex-Platense; a Estupiñán no le tembló el pulso, le ganó la batalla a Fabio de Souza (con varias fallas en las primeras cuatro fechas del equipo del León platense) y definió perfecto, rasante, exactamente donde no podía llegar más Donis Escober.
El Guato German Pineda, tres minutos después, tuvo el 2-0 cuando se inventó una chilena en el área que puso los nervios de punta en la afición del Más Popular, que miraba cómo su portero salvaba la escena en los 10 minutos más furiosos del local.
No te dejo celebrar...
Pero como presagiando que el segundo tiempo el partido se encharcaría en el roce (apenas Mariano Acevedo tuvo el 2-1 y Jonathan Posas perdonó al cuadro capitalino), Carlos Will Mejía no permitió que el partido se fuera al descanso con la ventaja local.
El Toro se atrevió a pegarle al arco. Previamente, claro, había arrancado como un fórmula uno desde el mediocampo y cuando estaba por entrar al área pudo sacar un fierrazo de zurda que ha dejado sin opciones a Mario Flores.
El mal estado de la cancha empezó a pasar factura en los jugadores y ni Elis (debutante en la era Vargas) ni Quioto (que veía la roja por protestar y se pierde el clásico) podían torcer la historia. Estupigol también se apagó y el 1-1 fue sinónimo de justicia.
