DIRIAMBA, NICARAGUA.- Por si las dudas se apoderaban de la mente de algún olimpista, el León se puso el traje de rey que mejor le queda para dejar clara su casta en territorio ajeno y dar un zarpazo que le deja las semifinales a tiro de gracia.
Si las dudas de los dos últimos resultados domésticos generaban incertidumbre, Olimpia en Nicaragua alardeó de las tres “g”: ganó con un 4-0, gustó con su fútbol y goleó con su artillería.
En medio tiempo ya había sacudido tres veces los mecates, y eso que el Avestruz se perdió un gol de esos que solo se fallan muy de vez en cuando.
El susto del tanto anulado a Luis Coronel, por mano, desató la furia de un León que golpeó, golpeó y golpeó el marco de Justo Llorente.
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Tres zarpazos y al descanso
A los 4 minutos Moya ya había traducido el pase de Boniek en una sabrosa volea llena de gol, a los 8 Bengtson se revindicó de cabeza de un fallo abajo del marco y a los 40 Edwin Rodríguez se zafó de su papel de asistador para cambiarlo por el definidor con un latigazo desde el borde el área. Y eso que no entraron esa increíble de Jerry y otra de Maylor.
Troglio se iba con una sonrisa a los vestuarios y los aficionados albos armaban la fiesta en el Cacique Diriangén ante el silencio de unos nicaragüenses que se veían enmudecidos por un Olimpia serio y de colmillo muy largo.
El Olímpico dictará sentencia
El 3-0 dio para refrescar el equipo con Álvarez y Chirinos.
Cuando parecía que el segundo tiempo sobraba, más allá de un par de sustos en el marco de Edrick Menjívar, Jorge Benguché saltó del banco a ratificar la goleada con el 4-0, al 90.
El jueves, en casa y con su feligresía, el dos veces campeón de Concacaf buscará abrochar una clasificación que está muy... pero muy encaminada...