Bryant, su hija de 13 años y otras siete personas fallecieron el domingo al estrellarse un helicóptero en el que viajaban en el sur de California, generando muestras de dolor de todos los rincones del mundo, incluida la de Oscar, el ídolo que terminó admirando al estadounidense.
“Una vez escuché a los compañeros de Joe que decían que él le hablaba (al pequeño Kobe) de Magic Johnson y Michael Jordan, y Kobe le decía, ‘el que es realmente bueno es Oscar. Le gana a tu equipo todo el tiempo’”, declaró Oscar entre risas a la Associated Press en una entrevista telefónica el martes.
VEA: Así quedó la zona donde se estrelló el helicóptero de Kobe
Joe Bryant jugó en Italia entre 1984 y 1991 tras una larga carrera en la NBA.
“Kobe me contó que me decía ‘la Bomba’. En Brasil todos me dicen “Mano Santa” por mis tiros, pero me gustaba el apodo que me dio él también”, expresó Oscar, quien decidió no jugar en la NBA a pesar de haber sido seleccionado por los Nets de Nueva Jersey en 1984.
“Tenía 26 años, había hecho el viaje hasta allí y los Nets me seleccionaron en la sexta ronda. Le dije a Kobe que eso fue un insulto. Estuvo de acuerdo”, dijo Oscar.
En esa época los jugadores de afuera tenían que renunciar a la selección de sus países para poder jugar en la NBA. Oscar no quiso hacerlo.
Italia tenía una de las mejores ligas de Europa, lo que facilitó la decisión de Oscar, quien en 1987 se dio el gusto de coronarse campeón panamericano con Brasil tras anotar 46 puntos en la final contra Estados Unidos, que los brasileños ganaron 120-115.
“Es posible que a Kobe le haya impresionado eso también. En su momento fue un resultado muy inesperado”, dijo Oscar.
ADEMÁS: Los rostros de las nueve víctimas del accidente en el que murió Kobe
El brasileño dice que nunca habló con Kobe de niño, pero que lo veía siempre en las tribunas alentando a su padre.
“Era bastante pesado, para ser sincero”, dijo Oscar. “Iba a todos los juegos de estrellas de Italia y salía a la cancha antes de los partidos, en el entretiempo y al final para hacer algunos tiros, hasta que alguien lo sacaba corriendo. Tenía siete u ocho años y no se iba a menos que alguien lo sacara”.
“Era obvio que iba a tener un tiro muy bueno y que sería un gran dribleador. Eso lo tenía desde pequeño”, señaló.
Oscar, quien tiene 61 años, todavía jugaba en 1996 cuando el molesto chiquito estadounidense de Italia se incorporó a los Lakers de Los Ángeles. Pero solo se enteró de la admiración que Kobe sentía por él después de retirarse en el 2003.
“Pocos años después vi un documental en el que él hablaba bellezas de mí. Me hizo llorar”, expresó Oscar. “La primera vez que hablé con él fue en los Juegos Olímpicos del 2008. Fue algo muy emotivo, él estaba emocionado. Fue lindo verlo como adulto”.
+Ciclista logra captar helicóptero de Kobe cuando estaba en llamas
Oscar no es modesto respecto a sus logros en el deporte, incluido el hecho de que es el máximo anotador en la historia de los juegos olímpicos, pero le cuesta entender por qué Bryant lo idolatró a él y no a un jugador de la NBA en su infancia.
“Anotar desde lejos no era fácil en Italia en esos días. Había mucho contacto físico”, dijo el brasileño. “No tenía un gran físico, pero me obsesionaba tirar al aro, desde lejos, de cerca... todo lo que podía. Y me entrenaba como loco. Tal vez por eso le caí bien”.
Después de ese primer encuentro en China, Bryant visitó a Oscar en Sao Paulo durante la Copa Mundial de fútbol del 2014. Los dos cenaron, hablando un poco en inglés y un poco en italiano.
“Se acordaba de cosas de mi carrera de las que yo me había olvidado”, dijo Oscar. “Me contó lo mucho que le había impresionado un juego de estrellas en el que anoté 19 canastos seguidos. Tuve que ver las estadísticas y sí, fue en 1988”. Los dos se vieron por última vez durante el mundial de China del 2019.
Oscar sostuvo que ningún otro jugador igualará el talento de Bryant por mucho tiempo, con excepción de LeBron James.
“El Kobe que conocí de pequeño es el Kobe que anotó 81 puntos en un partido, 60 en su despedida. Un talento inusual, que gusta a todos”, dijo Oscar. “Pero también es cierto que fue el tipo de jugador que otros a veces resienten, porque podía decidir partidos por sí mismo”.
“Le encantaba tener la pelota de niño y le encantaba tener la pelota siendo una estrella”.