Juticalpa, Olancho
La madre naturaleza llegó y golpeó la catedral del fútbol de Olancho: el Estadio Juan Ramón Brevé Vargas.
Durante seis años el coloso juticalpense ha estado al servicio del deporte más grande de Honduras y las fuertes ráfagas de viento y la tormenta del pasado viernes develaron su urgente necesidad de mantenimiento.
El vendaval hizo colapsar el techo del estadio, desplomándose hacia afuera junto con las vallas publicitarias.
Tres días después del hecho, el sacerdote franciscano Alberto Gaucci, arquitecto de la obra, busca una mano amiga para reparar el inmueble.
“Realmente ya necesitaba un maquillaje y unidos será posible”, expresó con el optimismo que le caracteriza.
Planifican maratón
Desde la noche del suceso, cientos de personas frecuentan la zona cero y observan los destrozos causados en segundos por los vientos racheados, que destruyeron totalmente el techo de la gradería de sol.
Desde el martes las autoridades, directivos del equipo Juticalpa y comunicadores sociales planifican acciones para la recolección de fondos para habilitar de nuevo el estadio.
Hoy, el alcalde Huniberto Madrid sostendrá una reunión con los administradores del estadio (directivos del Juticalpa), quienes ya iniciaron la limpieza del predio retirando los escombros con el apoyo de las Fuerzas Armadas.
Aún se desconoce el monto real que se necesita para reconstruir los espacios dañados. Este sábado 5 de mayo, los periodistas deportivos han organizado un maratón para iniciar a recaudar fondos, labor convertida en una práctica cuando el presbítero maltés inicia una obra comunitaria.
Según estimaciones de los dirigentes del club “canechero”, los costos por estos daños ascienden a más de 1.5 millones de lempiras y ya trabajan en la planificación de eventos para recaudar el dinero.
También se debe planificar la instalación de soportes especiales en el ala del sector oeste y evitar futuros daños porque con el cambio climático, los pronósticos son reservados en el invierno que se avecina.