Tegucigalpa, Honduras.- Sus ojos se iluminan cuando muestra la camisa de su amado León y esos trofeos de máximo romperredes que adornan su casa son el mejor reflejo del poder goleador que lo llevó a ganarse el apodo de ‘Matador’ y a dejar una marca que hoy está a punto de ser superada por otro devorador de la casa blanca.
“Qué bueno lo de Jerry porque va a ser otro olimpista que lo va a lograr”, dice la leyenda, el hombre que destrozó cuantas redes tuvo en frente, el artífice de 196 goles en la Liga Nacional de Honduras: Wilmer Velásquez.
Su hogar huele a recuerdos, armonía y sobre todo a goles. “Disfruto el fútbol. Ahora de una manera diferente, pero siempre con una pasión muy enorme y máxime cuando se trata de Olimpia”, cuenta rodeado de galardones el ídolo merengue, quien ha hecho una excepción en su postura de apartarse de los medios de comunicación.
Claro, tener al Avestruz a solo tres tantos de igualar su récord de máximo romperredes en la historia de la Liga es la razón perfecta para reencontrarse con los reflectores. El “solo vamos a hablar de fútbol” es devorado por una amena charla que da para aclarar si la política manchó su carrera futbolística y hasta para sellar con un beso su agradecimiento hacia la mujer que ha sido su complemento durante 30 años de matrimonio.
Ella, Nuria Enamorado, escucha cada una de sus respuestas y lo mira con un amor que ha perdurado desde inicios de los noventa... Hable, Matador...
--- LA ENTREVISTA CON WILMER VELÁSQUEZ ---
¿Sigue pendiente de su Olimpia o se ha alejado un poco del fútbol?
El fútbol siempre va a ser una pasión para mi vida. Aparte de Dios, encontramos en el fútbol una forma de poder ver la vida muy distinta. En casa se mira fútbol, estamos interesados en lo que pueda hacer nuestro querido Olimpia y nuestra Selección y por supuesto ver el desarrollo del campeonato nacional.
Supongo que sufre más viendo a su Olimpia que a la H, ¿o no?
Creo que me apasiona Olimpia por lo que ha significado para nosotros. Los partidos de la Selección son importantes, pero cuando toca Olimpia es un sentimiento muy grande porque allí dimos todo.
¿Usted se imaginó ser máximo goleador de la Liga Nacional y del Olimpia?
Creo que se fue dando en el camino. Yo comencé a jugar de mediocampista, incluso en una selección juvenil me desarrollé como volante. Los dirigentes de Olimpia me vieron jugar en esa selección, hicieron los contactos con una persona que influyó muchísimo (el extinto Manuel de Jesús López) y así llegué al equipo. En junio del 90, salí de mi casa con una maletita muy pequeña, pero cargada con muchos sueños, de poder ser alguien y triunfar. El gol se vino dando progresivamente porque cuando yo debuté en Olimpia lo hice de contención con don Julio González.
¿Un goleador como usted debutó jugando de contención?
Sí. Llevaban uno de demás y yo era el extra. Habían jugadores de la talla de Nahúm Espinoza, Viera, Flaco Hernández, Juan Carlos Espinoza, Belarmino Rivera, Gilberto Yearwood. Volamos de El Salvador a San Pedro Sula porque allí teníamos un partido. No se me olvidan nunca las palabras del profe Julio González, quien en la charla dijo: “Nahúm Espinoza no va a poder jugar y su puesto lo va a ocupar el compañero Wilmer Velásquez”... y ‘brum’ me hizo el corazón porque en ningún momento me imaginé que iba a jugar en un partido tan importante. Jugué tan bien que España nos metió cuatro esa vez ja, ja, ja. La oportunidad se me siguió dando. Pero fue el profesor Chelato fue quien me miró condiciones de delantero.
Cuando se retiró dejó la vara con 196 goles en la Liga. ¿Creyó que alguien lo iba a superar?
En aquel momento se miraba bien lejos, tomando en cuenta de que los partidos en aquel entonces eran bravos. A nosotros nos tocó enfrentar a equipos muy difíciles y creo que el torneo era más revelante y emocionante. En aquel tiempo se miraba muy difícil que alguien pudiera superar esa marca, pero yo siempre he estado bien claro en que los récords están para superarse y Jerry tiene la oportunidad a mano para hacerlo.
Cuando miraba el abanico de delanteros que venían atrás de usted en la tabla, ¿visualizaba a Bengtson como gran candidato?
Fíjese que no porque en realidad Jerry en ese momento poco sumaba, pero él ha hecho méritos para estar allí. A la par mía estaba Denilson, Marcelo Ferreira, Luciano, Juan Manuel Cárcamo, Everaldo Ferreira y otros delanteros de Motagua. Se miraba muy lejos, ahora ya es una realidad.
Usted se despidió del fútbol en 2009, ¿pensó que su récord duraría 15 años o más?
Por supuesto que uno siempre desearía que se mantuviera muchos años más, pero la realidad es otra. Jerry Ricardo paso a paso, así como ha sido su forma de jugar ja, ja, ja... como lo vemos. Platicando con él la vez pasada le dije: ‘Usted tiene algo que quizás nosotros no hemos tenido y es esa paciencia y esa frialdad’. Así ha venido consiguiendo sus objetivos y qué bueno porque va a ser otro olimpista que lo va a lograr.
¿Quién le hubiese gustado que batiera su récord?
Sí me hubiese gustado que Denilson Costa, quien fue uno de mis hermanos, compañero y con quien disfruté muchísimo jugando, hubiese alcanzado o pasado ese récord. Lo digo por lo que él significó para nosotros y para el fútbol hondureño. Ha sido uno de los mejores extranjeros que hemos tenido.
¿Cuál es la mejor virtud de Bengtson y cuál era la de Wilmer como delantero?
Creo que lo de Jerry es esa frialdad que ha tenido y que está siempre en el lugar correcto. Somos muy diferentes en el estilo de juego. Creo que la mayoría de goles que ha metido ha sido dentro del área pequeña, porque esa es su virtud, estar allí. Siempre estar en el lugar correcto me ayudó muchísimo a mí, aunque yo tenía otra habilidad; hacer goles desde fuera del área y manejar las dos piernas me ayudó muchísimo.
¿Cuál es el gol que no borra de su mente?
Hasta uno que metí con la rodilla. No podía hacer goles y, cuando Pancho Sá llegó, estaba a punto de irme del equipo y le dije: ‘Profe, necesito que me dé la oportunidad de irme’ (1995). Yo estaba con un pie fuera del equipo y me querían varios equipos. Yo me había casado, necesitaba salir, quizás arreglar un buen contrato y en Olimpia no tenía mucha oportunidad. Entiendo por qué no tenía oportunidad porque mi vida prácticamente era un desorden, entonces no estaba rindiendo al máximo.
¿Qué le dijo el entrenador cuando le comentó su deseo de irse?
El profe me dijo: “Necesito verte jugar porque tengo muy buenas referencias tuyas”. El primer entrenamiento lo hicimos en mi tierra, San Alejo (Tela) y el final me dijo: “Che, no te hagás ilusiones de que vas a ir, yo te vi ahorita entrenar y yo no le puedo dar armas al rival”. En los primeros partidos no podía anotar goles y la gradería le gritaba para que me sacara. Una vez me dijo: “Che, mientras yo siga siendo el entrenador aquí y tú sigas jugando así, vos vas a ser titular; tranquilo, los goles van a venir”. En la siguiente semana fue donde se abrió mi racha en un tiro libre de Nahúm Espinoza. Yo estaba cuadrado, pero la pelota dio un bote, me dio en la rodilla y se metió al mero ángulo.
¿Cuál es el título que más recuerda?
El último ante Marathón en Comayagua. Ya había tomado la decisión de que me iba a retirar y definir un título con un gol fue una bendición. Siempre va a estar allí y siempre lo estoy viendo porque me tocó enfrentar a un portero que era bravo meterle un penal. Era un cancerbero que le tapó un penal a Kaká, que me conocía, que era compañero en Selección y a quien le tiraba penales en los entrenamientos.
¿La derrota que más le dolió?
Todas las derrotas duelen, pero cuando pierdes contra el equipo que no te gusta perder, como es Motagua, sí duele. Cuando perdimos finales contra Motagua, sí que duele, fueron finales que nosotros ya prácticamente las teníamos. También lógicamente el partido en San Pedro Sula contra Marathón, en donde me retiré.
- Más tarde y en medio de un cara a cara muy amoroso, su esposa Nuria Enamorado revivió este momento al recordar las veces en que miró llorar a su amado: “Fue duro porque era el último partido y mis hijos, que ya estaban grandes, lloraron, lloraron y lloraron de una manera incontrolable”.
De vuelta al mano a mano, ¿cuáles son las anécdotas imborrables que le dejó el fútbol?
Una vez en una concentración habíamos mandado a comprar afuera una comida (chuleta), dejamos la habitación medio abierta y, cuando estábamos comiendo, el profe Emanuelle entró y nos miró con los platos. ¿Puedo decir con quién estaba? Con el Enano Dani Turcios. El profe quizá sintió el olor (risas). Se revolvió y nos dijo: “Mañana se tienen que romper, sino vamos a hablar con Nahúm”. Gracias a Dios ganamos e hice un par de goles. También tengo otra.
¿Qué otra anécdota?
No me gustaba levantarme a desayunar, era de los que prefería descansar. El profe Flavio Ortega se dio cuenta y me dijo: “Te tenés que levantar a desayunar porque tus compañeros se levantan”, entonces yo le dije: ‘Profe, déjeme descansar, yo sé que el desayuno es bueno y todo, pero déjeme descansar. Eso de levantarme y volverme a dormir, me revienta’. Me dijo: “Vamos a hacer una cosa, tenés que hacer un par de goles en la noche “, entonces yo le dije: ‘Va pagado’, y clavé dos esa vez en La Ceiba. No me volvió a decir que me volviera a despertar ja, ja, ja.
Respecto al presente, Matador, ¿este de Troglio es el mejor Olimpia de la historia?
Creo que es el segundo. No creo que sea el mejor de la historia. No podemos dejar afuera a jugadores que dejaron muy, pero muy alta la vara en Olimpia como Alex Pineda Chacón. No he visto otro jugador como él... también a José Luis el Flaco Pineda, Denilso, JC Espinoza, Prono y Membreño. Creo que el uno tendría que ser el de toda esa etapa... yo no estuve en el 89, pero allí había un equipazo con Viera, Nahúm, Flaco Hernández, Zapata, Rudy, Pollo Galindo, Gilberto, Alejandro Ruiz, Belarmino, Rata Contreras, José Mario Figueroa, Dolmo Flores y el que para mí sigue siendo el Matador, Juan Alberto Flores. Jugadores de la talla de esos no van a salir. En cuanto a logros sí puede considerarse el mejor este Olimpia del profe Troglio, pero en lo meramente futbolístico creo que hay otro Olimpia mejor que el actual.
¿Cómo mira el proceso de Rueda en la Selección?
Que la tiene brava, tiene bravo, se ve complejo. La vara que dejaron los que se fueron quedó muy alta, como el caso de Carlos, Amado, Dani, David, Wilson, Thomas, Maynor, Noel... es una vara extremadamente alta, que le ha costado al fútbol hondureño poder reemplazar ese tipo de jugadores. Creo que faltan muchísima clase de jugador y mucha actitud en el jugador. Va a estar bravo, pero confiamos en la capacidad del profe Rueda.
Muchos creen que dejó de ser el máximo ídolo del olimpismo por meterse a la política. ¿Lo ha escuchado?
Sí, muchísimo. Hay que saber diferenciar las cosas, entonces cuando la gente pueda entender eso va a tener un criterio de lo que es cómo poder responder una pregunta.
¿Le duele cuando gente que gritó tantos goles suyos le mienta la madre por la política?
Claro, porque yo soy ser humano y siento. ¿Cómo puedo decir una mala expresión de una persona que ni siquiera he tratado en la vida? Yo tomé la decisión de no usar redes sociales, lo único que utilizo es WhatsApp, porque entendí algo: es importante en la vida guardar nuestro corazón. Yo corté eso de las redes sociales, pero por allí en la calle usted escucha alguien y le gritan.
¿No siente que al meterse a la política manchó su gran carrera que logró como futbolista?
No es que se percibe, es que usted el ambiente lo siente. Cada quien es responsable de tomar sus decisiones. Es bien difícil poder manejar esta situación. Eso muchas veces duele porque uno trató de hacer lo mejor y duele más cuando se trata de una persona que no lo ha tratado. Es parte de la vida y tenemos que convivir con esas cosas.