TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Un total de 796,355 hondureños están endeudados con préstamos de consumo, lo que equivale a cerca del 60% del total de deudores en el sistema financiero del país, según el reporte de la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS) al cierre de abril.
Sin embargo, el monto adeudado es de 108,295.2 millones de lempiras y representa el 20.3% de la cartera, la cual ascendió a 533,048 millones de lempiras, según la CNBS. Esto se debe a que los créditos personales son generalmente por bajas cantidades y destinados para gastos propios o familiares tales como la compra de vehículos o en bienes para el hogar.
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No obstante, los deudores de préstamos para la actividad comercial son 211,513 pero es el saldo más alto con 346,118.6 millones de lempiras, que equivale al 60% de la cartera.
Mientras que para vivienda se contabilizan 90,377 personas que tienen financiamientos por 65,312 millones de lempiras.
Por otra parte, se reportan 234,674 personas y empresas que han obtenido microcréditos por el orden de los 13,322.9 millones de lempiras.
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Concentración
El sector bancario concentra los recursos en consumo y comercio, indican analistas al explicar que deben impulsarse más los créditos en sectores productivos como la agricultura, la construcción y las industrias para lograr un desarrollo social y económico, ya que estos rubros son los que más generan empleo en el país.
El sector agropecuario es el sector más relegado, representando apenas el 7% de la cartera de crédito, lo que resulta contradictorio porque es donde trabajan 1.3 millones de personas, explica Alejandro Aronne, economista del Consejo Nacional de Inversiones (CNI).
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“La banca no está dispuesta a asumir riesgos y también hay que ver las regulaciones que no lo permiten”, señaló Aronne.
Históricamente se ha descuidado en Honduras los sectores productivos que generan más empleo y desarrollo, explica el economista Hugo Noé Pino.
Otros analistas indican que si se impulsaran los créditos para el desarrollo se podría lograr una reactivación económica y a la vez que el crecimiento económico logrado sea más inclusivo para reducir la pobreza.
