SAN PEDRO SULA, HONDURAS.- En 2025, disfrutar de una taza de café podría convertirse en un verdadero lujo. Durante los primeros meses del año, los precios del grano han alcanzado niveles históricos, los más altos en casi medio siglo. La pregunta que muchos consumidores se hacen es: ¿por qué el precio del café aumentó?
La respuesta radica en una combinación de factores: sequías extremas, tormentas y los efectos del cambio climático en los principales países productores.
Brasil, el mayor exportador de café del mundo, sufrió el año pasado una grave sequía y temperaturas inusualmente altas, lo que afectó considerablemente la producción de café arábica.
Como consecuencia, el 24 de enero, el Ministerio de Agricultura de Brasil redujo su estimación de cosecha para el ciclo 2024/2025 en 600,000 sacos, añadiendo aún más presión al mercado.

Cambio climático el enemigo silencioso del café
Las condiciones climáticas extremas representan una amenaza creciente para la caficultura. El café necesita climas tropicales, suelos ricos y estabilidad en las lluvias para prosperar, pero estos factores son cada vez más inestables debido al calentamiento global.
A pesar del alza en los precios, la demanda mundial de café sigue en aumento. Un informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, citado por The New York Times, revela que el consumo en China ha crecido más del 60% en los últimos cinco años. Lo que antes era considerado un lujo en Asia, ahora es una bebida de consumo cotidiano, lo que ejerce aún más presión sobre la oferta global.
Según estimaciones de expertos, el mundo ha consumido más café del que produce durante cuatro años consecutivos, generando un déficit de entre 15 y 20 millones de sacos. De hecho, un informe del Departamento de Agricultura de EEUU advierte que las reservas mundiales de café podrían caer en el período 2025-2026 a niveles no vistos en los últimos 65 años.

Un escenario de oportunidades y desafíos para los productores
Si bien los precios en alza pueden parecer una ventaja para los caficultores, también presentan desafíos. Carlos Amaya, productor de café, señala que este incremento ha sido beneficioso para quienes venden su grano en el mercado local, pero advierte que los altos precios han generado dificultades de liquidez para cooperativas, bancos y empresas que se dedican a la venta del café.
“El aumento ha sido una gran oportunidad para los productores que no exportan. Para quienes exportan, en algunos casos, habría sido mejor analizar si era más rentable vender dentro del país. También los jornaleros han visto un beneficio, ya que el precio de la mano de obra ha subido. Sin embargo, los intermediarios que pactaron contratos a precios de meses atrás han sido los más afectados”, explica Amaya.
A pesar de las ventajas que trae esta bonanza, los costos de producción también han aumentado, reduciendo el margen de ganancia de muchos caficultores.
Expertos advierten que la recuperación de la oferta y la estabilización del mercado podrían tardar al menos dos años, dependiendo del comportamiento climático y de las estrategias de adaptación que implementen los países productores.

Honduras y la industria cafetalera ante un mercado incierto
En Honduras, el impacto del alza en los precios ya se refleja en las exportaciones. Según datos del Instituto Hondureño del Café (IHCAFE), los ingresos por la venta de café en los primeros meses de la cosecha 2024-2025 aumentaron un 74% en comparación con el mismo período del ciclo anterior, alcanzando más de 354 millones de dólares.
Ante este panorama, los productores deben aprovechar los precios altos con inteligencia, reinvirtiendo en sus fincas y modernizando sus procesos. Sin embargo, también deben actuar con cautela, ya que el mercado del café es cíclico y las caídas en los precios son inevitables.
En este contexto, la industria cafetalera enfrenta un reto crucial que es adaptarse a las nuevas condiciones climáticas, fortalecer la producción sostenible y desarrollar estrategias que garanticen la rentabilidad a largo plazo. En un mercado tan dinámico, la planificación, la gestión de riesgos y la diversificación serán clave para el éxito de los productores y empresarios del sector.