TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El Banco Central de Honduras (BCH) lanzó el 6 de agosto de 2023 una consulta pública con el objetivo de preguntar a diversos sectores la viabilidad de la emisión de una moneda digital en el país u otros sistemas de pagos.
Un año después, el BCH ha publicado un documento para dar a conocer los resultados de la consulta “El futuro del dinero y los pagos en Honduras, ¿qué ruta seguir?”. EL HERALDO tuvo acceso al documento, que contiene una serie de hallazgos y entre los más relevantes está que “la Moneda Digital del Banco Central (CDBC) es una opción que debería seguirse estudiando”.
¿Por qué? “El uso fuera de línea y transfronterizo de la CDBC sigue siendo relevante para Honduras, así el dinero programable, es decir, una forma de dinero que permite la ejecución de transacciones automáticas cuando se cumplen las condiciones incluidas en un contrato inteligente de blockchain”.
“Sin embargo, dado que muchos de los beneficios atribuidos a las CDBC también pueden lograrse mediante pagos instantáneos, se debe explorar estos últimos”.
El documento de la consulta del Banco Central concluye que el bajo grado de posesión de cuentas transaccionales dificultaría la implementación de una CDBC de dos niveles (two-tier) que aumentaría drásticamente la inclusión financiera, dado el desafío de incorporar a la gran cantidad de personas no bancarizadas”.
Condiciones
Manuel Bautista, expresidente del BCH, considera que una de las limitaciones para la adopción de la moneda digital es la capacidad tecnológica del país. Añade que las condiciones monetarias permiten sustituir una moneda por otra, no así la parte tecnológica.
Otro expresidente del Banco Central sostiene que Honduras está obligada a modernizar sus sistemas de pago y eso requiere de la participación del sector público para superar las limitaciones que tiene el país.
No obstante, considera que el BCH debe trabajar más en el análisis de la moneda digital para asegurar su éxito.
Hoja de ruta
Los resultados de la consulta, la que terminó el 4 de octubre de 2023 y que contó con la participación de instituciones públicas y privadas, así como profesionales independientes, señalan como una de las conclusiones más relevantes que “la gran mayoría de los hondureños están dispuestos a sumarse a la era de los pagos instantáneos”.
“La población desea los servicios financieros de forma más expedita, sencilla y con bajos costos”. “Es por ello que los avances tecnológicos y la adopción de políticas públicas juegan un papel importantísimo en la forma que se crean y se proveen los mismos, incluyendo el dinero y los pagos”, resalta la página 5.
En ese sentido, el Banco Central responde que se encuentra explorando las alternativas existentes para mejorar el sistema nacional de pagos.
No obstante, la autoridad monetaria reconoce que se deben considerar varios factores como el nivel general de desarrollo económico, la alta incidencia de la pobreza, los bajos niveles de inclusión financiera, el estado de la infraestructura digital, las iniciativas de innovación en curso y los desarrollos regulatorios.
Además, la proporción de la población con acceso a cuentas de transacciones (un indicador principal de la inclusión financiera) es muy baja. Según los datos Findex del Banco Mundial (BM), en Honduras sólo el 38% de la población mayor de 15 años tiene una cuenta bancaria.
Agrega que un alto porcentaje de la población posee teléfono móvil (la densidad en el país es de 80%) y acceso a internet, en contraste con la baja penetración de las cuentas transaccionales.
El estudio indica que el 64.1% de los hogares se encuentra en condiciones de pobreza, lo que representa en sí mismo un reto y una enorme oportunidad para aumentar la inclusión financiera.
Otro elemento que destaca es que las remesas son la principal fuente de divisas de la economía y las iniciativas de modernización de pagos deben prestar especial atención.
“El principal desafío para Honduras es cerrar la brecha entre las personas que tienen acceso a internet y las que cuentan con servicios financieros digitales, que representa alrededor de la mitad de la población adulta”, sostiene el informe del BCH.
Concluye que la ruta es transformar la infraestructura de pagos existente en un sistema de pagos minoristas en tiempo real, y en ese sentido hay modelos exitosos en México, Colombia, República Dominicana, Costa Rica y la Unión Europea.