Tegucigalpa, Honduras
Honduras es uno de los países más vulnerables al cambio climático en el mundo. En los últimos 20 años, el país ha ocupado las primeras posiciones de los países más afectados por fenómenos climatológicos, según el Índice de Riesgo Climático Global 2019 de Germanwatch.
German Pérez, empresario del sector agrícola y exviceministro de Agricultura, explicó que el cambio climático desde el punto de vista agronómico está afectando épocas de siembra, producción, el comportamiento del sistema productivo y los rendimientos e inversiones que se deben hacer para continuar produciendo.
Pérez manifestó que el cambio climático está obligando a los productores a hacer inversiones que antes no se hacían, una de ellas es el riego, ya que para poder asegurar las producciones se necesita tener estos sistemas.
Sin embargo, señaló que para riego es necesario tener agua, y en el país las fuentes se están agotando, lo que crea un problema productivo a nivel nacional, por lo que los agricultores tienen que hacer más inversiones; pero debido al cambio climático y los riesgos que presenta para esta actividad los bancos cierran las puertas.
“La falta de financiamientos está provocando que se reduzcan las áreas de producción. En el caso del año pasado tuvimos una reducción en las exportaciones del sector agropecuario”, resaltó el empresario.
Pérez expresó que el sector está siendo fuertemente afectado por las altas temperaturas, ya que producen problemas de polinización y no hay frutos ni productos. Además, la falta de agua está obligando a los productores a buscar otras regiones para producir o que algunos simplemente dejen de producir.
“Los nuevos cultivos tampoco pueden ser desarrollados porque los costos de producción son caros. Estamos en una situación difícil, desde el punto de vista que no podemos producir lo que consumimos”, resaltó el exviceministro de Agricultura.
Pérez dijo que en 2019 el país demandaba cerca de 4 millones de quintales al año para consumo y que apenas se pudo producir 1 millón de quintales. En el caso del maíz, señaló que se produjeron entre 6 y 7 millones de quintales, cuando se necesitaban cerca de 24 o 25 millones para la demanda interna.
El empresario reconoció que hay un problema ambiental serio y que quienes tienen que tomar medidas no lo están haciendo, que son las instituciones del Estado.
“Si tenemos una agricultura dinámica vamos a generar cualquier cantidad de empleos. La agricultura es una actividad de riesgo, pero se puede minimizar vía tecnología, capacitación y asistencia técnica”, finalizó Pérez.
Iniciativas
La Fundación Hondureña de Investigación Agrícola (FHIA) está desarrollando el proyecto Procambio-Giz, que busca dar una nueva oportunidad para enfrentar el cambio climático a través de la diversificación de cultivos.
José A. Alonso, líder del programa de diversificación, expresó que la fundación está interesada en que los productores puedan diversificar sus actividades mediante tecnologías y cultivos.
Entre las alternativas que han encontrado los expertos de la FHIA, además de los cultivos tradicionales como zapotes, nances y mamones, han aparecido cultivos estrella que van ingresando poco a poco al cartel de productos de exportación, de los cuales se destaca el mazapán, el rambután, la pimienta gorda, mango, mangostán, limón persa, el aguacate hass, entre otros.
Alfonso advirtió que el cambio climático obliga a que los productores que quieran tener una plantación grande para exportación o de uso local adquieran sistemas de riego.
El experto mencionó que los productores deben seguir varios criterios en el momento en que sus plantaciones entran en cultivo, lo primero es la protección del bosque, olvidar la quema y la aplicación de químicos.
“Para tener un cultivo rentable, los productores deben conocer las necesidades de su mercado, los períodos de producción. Un producto será rentable si se puede sacar fuera de la fecha de mercado y con arreglos de precio”, explicó.