NUEVA YORK
Aún en tiempos financieros más saludables, como ahora, las empresas a menudo se achican para reducir costos, ajustar estructuras y crear lugares de trabajo más austeros y eficientes. Pero nuestra nueva investigación indica que achicarse de hecho puede aumentar la probabilidad de quiebra.
Las empresas que se están achicando pierden conocimiento cuando los empleados se van. A los empleados que quedan se les dificulta manejar las cargas de trabajo, reduciendo el tiempo para aprender nuevas habilidades, y pierden la confianza en la gerencia, llevando a menos compromiso y lealtad. Y estos efectos pueden tener consecuencias de largo plazo (como menor innovación) que no son capturadas en métricas financieras de corto plazo.
Descubrimos que las empresas que se achican tienen el doble de probabilidad de declararse en quiebra que las empresas que no reestructuraron. Aunque achicarse puede producir resultados positivos en el corto plazo, como ahorrar dinero, puede colocar a las empresas en un camino negativo. Buscamos entender por qué algunas empresas sobreviven a los efectos negativos del achicamiento mientras que otras no.
Para las empresas posachicamiento, tener abundantes recursos financieros y físicos no reemplazó a los empleados recortados, quienes cumplían múltiples roles como trabajadores, como portadores de conocimiento y como colaboradores culturales.
Los recursos intangibles ayudaron a reducir la probabilidad de quiebra. Por ejemplo, el conocimiento del empleado puede modernizar procesos que han sido interrumpidos o reemplazarlos con unos más efectivos. Las empresas también pueden usar sus recursos para atraer socios que pueden llenar los vacíos dejados por el achicamiento. Antes de optar por achicarse, los líderes deberían considerar si las ganancias positivas de corto plazo superarán las consecuencias potencialmente severas de largo plazo y examinar su cartera de recursos para determinar si sus empresas están protegidas de las partes negativas de la reestructuración.