Tegucigalpa, Honduras
La Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) se ha divido en cuatro dependencias públicas.
Así fue establecido en la Ley General de la Industria Eléctrica (LGIE), que se aprobó mediante Decreto 404-2013 y publicada en La Gaceta 33,431 del 20 de mayo de 2014.
El nuevo organigrama de la estatal eléctrica está conformada por una empresa matriz, una de generación, una de transmisión y una de distribución, las que se conocen como Grupo ENEE.
Cada una de las empresas tiene un gerente.
Los activos de las cuatro empresas suman 28,042.5 millones de lempiras, los que han sido separados contablemente, según el plan estratégico al cual tuvo acceso EL HERALDO.
La escisión de la ENEE en una empresa matriz y tres subsidiarias fue propuesta por el Banco Mundial (BM) en un documento elaborado y entregado en 2006 al gobierno de Honduras.
Ahora es el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) el que presta asistencia técnica para fortalecer ese grupo corporativo.
Rescate financiero
Después de esa división, las cuatro empresas deben ejecutar el plan estratégico para mejorar las finanzas de la ENEE, considerada la empresa pública más grande.
Ese es uno de los compromisos que el gobierno acordó con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y que no pudo cumplir, ya que se esperaba que para el ejercicio 2018 la estatal eléctrica debía reflejar cifras positivas en el balance general.
Cifras de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica revelan que el año pasado el déficit operativo fue de 4,548.8 millones de lempiras, superior que los 3,872.5 millones de 2016.
Lo anterior debe ir acompañado de un plan de inversión con recursos propios en las áreas de transmisión y generación, los que se estiman en 459.1 millones de dólares para el período 2019-2021.
El componente de distribución fue concesionado y se estima que la Empresa Energía Honduras (EEH) invertirá 358.2 millones de dólares en los siete años de la concesión.
Los desafíos
De acuerdo con el plan estratégico, el Grupo ENEE tiene una serie de retos que cumplir en el corto, mediano y largo plazo.
No obstante, el más urgente es ampliar y mejorar el sistema de transmisión para garantizar la continuidad y calidad del servicio de energía eléctrica.
Sin embargo, lograr esos objetivos pasa por invertir 237 millones de dólares en el período 2018-2021.
Esos recursos se destinarán para la construcción de una serie de obras como subestaciones en lugares como Tocoa (Colón), San Francisco de La Paz (Olancho), Arenal (Yoro), Leán (Atlántida), Yoro (Yoro) y Palmerola (Comayagua).
También la ENEE tienen que invertir en la ampliación de las subestaciones de Toncontín (Tegucigalpa), Coyoles (Colón), Reguleto (Colón), Yoro (Yoro), Colón (Cortés). El plan de inversión contempla la construcción de nuevas líneas de transmisión como Amarateca-Limones-Juticalpa en 230 Kv, que es una de las zonas del país en donde hay problemas de bajo voltaje. Se espera que en los próximos días anuncien los primeros préstamos negociados para mejorar la red de transmisión de la ENEE