Aunque en muchos países ponerle gasolina al carro es un tema que ni siquiera salta a la palestra pública, en algunas naciones de América Latina el precio sí impacta el bolsillo de los consumidores.
Según la compañía brasileña Petrobras, el precio final de la gasolina está compuesto por tres factores: el precio que establece el país importador o exportador, los impuestos que imponga el gobierno y el beneficio que le saque el vendedor final.
En 2018 el precio del petróleo ha aumentado casi 50% alrededor del mundo, según las cifras divulgadas por Global Petrol Price -el 28 de mayo de 2018-.
La consultora Global Petrol Price revela en su informe más reciente que Venezuela es el país que tiene la gasolina más barata del mundo. En segundo lugar se ubica Irán, seguidos de Sudán, Kuwait y Argelia.
La explicación es que estos países renuncian a obtener ingresos exportando el petróleo a precios internacionales.
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En Islandia y Hong Kong sucede un fenómeno diferente al de Venezuela. Ahí la gasolina es 194 veces más cara que en el país de América del Sur.
El territorio chino de Hong Kong ocupa el puesto número dos con US$2,14/litro, seguido de Noruega, Holanda, Mónaco, Grecia y Dinamarca.
En estos países ocurre que el gobierno ha creado impuestos altos para limitar el uso de vehículos privados e incentivar el transporte público.
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Honduras es el segundo país de Centroamérica con los combustibles más caros, según el registro del 13 al 19 de mayo de 2018 del Comité de Cooperación de Hidrocarburos de América Central (CCHAC).
En el país cinco estrellas los precios incrementaron más de un lempira por galón. La gasolina súper se compró a 100.42 lempiras, la regular a L92.42 y el diésel a L85.35.
Costa Rica, es la nación de la región con el precio del petróleo más elevado. El costo por galón equivale a 4.42 dólares (L106.12) en la gasolina superior, 4.22 en la regular (L101.32) y 3.60 el diésel (L86.43).
