Tegucigalpa, Honduras
La economía hondureña se mantendrá a un ritmo estable, muy similar a 2016, según el Programa Monetario 2017/2018 que presentaron ayer autoridades del Banco Central de Honduras (BCH).
Pese a las circunstancias adversas y la fuerte incertidumbre en el sector externo, las autoridades del BCH se muestran optimistas, aunque son pocas las perspectivas de que el ritmo se incremente en el corto plazo.
La proyección para el crecimiento económico se estima entre 3.4% y 3.7% en ambos años, solo un punto más arriba que al cierre de 2016, cuando el Producto Interno Bruto (PIB) creció 3.6%.
Lo anterior está derivado principalmente por el comportamiento favorable en los sectores como la intermediación financiera (5.3%), construcción (6.3%) y la agricultura (4.6%).
Por otra parte, al cierre de 2016, la inflación interanual fue de 3.31%, ubicándose a lo largo del año por debajo del rango establecido y para 2017 y 2018 la autoridad monetaria establece un objetivo de inflación de 4.5%.
Esto obedeció en gran medida a los bajos precios internacionales del petróleo y a las materias primas.
Las autoridades destacan los esfuerzos por la consolidación de las finanzas públicas, alcanzando un déficit en la administración central de 2.8% del PIB y 1.1% del sector público no financiero, dentro de los parámetros establecidos en la Ley de Responsabilidad Fiscal (LRF).
Inversión
El gobierno hondureño tenía una proyección de crecimiento en la inversión de 4.7% para el año pasado, sin embargo, las cifras oficiales indican que registró una severa caída de 16% respecto a 2015. En valores nominales cayó de 1,204 a 1,002 millones de dólares.
Mientras que para el cierre de este año la meta es que suba a 1,074 millones de dólares, o sea un aumento anual de 7.1%.
Por el lado del intercambio comercial, Honduras registrará este año un aumento de 3.6% en las exportaciones, pero sigue siendo superado por las importaciones que aumentarán 6.9%, proyecta el Banco Central.
Riesgos
Las estimaciones son tendientes a mantener la estabilidad, no obstante, el BCH advierte de factores que podrían intervenir para el incumplimiento de las metas.
La principal preocupación de Honduras es la incertidumbre que generan las políticas migratorias y comerciales del gobierno de Estados Unidos.
Sin embargo, el BCH mantiene la proyección de que las remesas familiares superen 4,051 millones de dólares al cierre de este año, cifra mayor a los 3,974 de 2016.
Los pronósticos podrían alterarse si se presentan restricciones al comercio mundial por la aplicación de políticas proteccionistas, alza del petróleo y variaciones en materias primas.
También puede influir una menor ejecución de la inversión pública, un déficit fiscal mayor al estimado, los factores climáticos y cambios en las expectativas de los agentes económicos derivados del proceso electoral y los resultados obtenidos.
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En la presentación del documento, que se realizó en las modernas instalaciones del BCH, estuvo a cargo del presidente Manuel de Jesús Bautista.
Asimismo, estuvieron presentes la vicepresidente Mayra Falck Reyes; el gerente Héctor Méndez Cálix y el director Carlos Enrique Espinoza.
También asistió la viceministra de la Secretaría de Finanzas, Rocío Tábora.