TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban) en su “Informe trimestral económico bancario regional”, además de hacer una reseña de la situación económica y política en el mundo, presenta estadísticas comparativas del sistema bancario latinoamericano.
Uno de los hallazgos más relevantes es que los bancos latinoamericanos soportaron relativamente bien el impacto de la pandemia y han participado de los procesos de recuperación económica en sus países.
Los datos comparativos muestran que la rentabilidad obtenida sobre los activos totales varía de un país a otro, pero en general mejoró en los dos últimos años, siendo Colombia donde es mayor.
Honduras se encuentra entre los tres países con menor rentabilidad sobre los activos, solo superando a Ecuador y Bolivia. La mayoría de los países superaron el 1% de rentabilidad sobre los activos, que es una especie de límite inferior o paradigma de la rentabilidad entre los analistas financieros para considerarse sostenible.
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El Balance
Los datos también generan una visión alternativa al posibilitar la medición de la rentabilidad sobre el capital invertido o patrimonio, donde nuevamente Colombia, con un 24%, ocupa el primer lugar, seguido por Guatemala y Chile, con 23% cada uno y República Dominicana, con 22%.
Honduras está en los últimos lugares, superando nuevamente a Ecuador y Bolivia y en este caso también a Venezuela, que ocupa el último lugar en América Latina, con solo 3% de ganancia sobre el patrimonio en 2022, siendo también el único caso con Brasil donde la rentabilidad disminuyó entre ambos años, ya que en todos los demás países la situación mejoró.
No obstante, considerando que en todos los países el alto índice de inflación está deteriorando las utilidades de todas las empresas y que los bancos no son la excepción, habría que establecer alguna comparación contra la inflación doméstica, para saber si en términos reales hubo algún crecimiento en la rentabilidad o, por el contrario, ha afectado el patrimonio bancario.
En el caso de Honduras, con la inflación a marzo 2022 situada en 6.96%, el 13% de rentabilidad es en realidad 6.04%. La mejora en la rentabilidad de los bancos en 2022 puede ser consecuencia del crecimiento de los activos productivos en el marco del proceso de recuperación económica después de la pandemia de 2020, o también de las cambiantes condiciones financieras internacionales, donde la abundante liquidez y las tasas internacionales de interés que al mes de marzo todavía se mantenían muy bajas porque el banco central de Estados Unidos y otros bancos centrales del mundo recién comenzaban a incrementar sus tasas de interés de referencia en el esfuerzo que han estado ejecutando durante todo 2022 para combatir la alta inflación.
Ese descenso de las tasas internacionales de interés tuvo impacto sobre las tasas domésticas en todos los países, puesto que el financiamiento internacional es una fuente de fondos importante para los bancos latinoamericanos y les permitió mantener también bajas las tasas de interés domésticas. Por otro lado, la exploración de las tasas de interés nominales en las estadísticas publicadas por el FMI permite calcular la diferencia entre las tasas de interés en moneda nacional en los diferentes países de América Latina.
La diferencia entre la tasa de interés activa y la pasiva disminuyó en 2021 en la mayoría de países de la región, excepto en Chile y Panamá, donde se mantuvo, y en República Dominicana, Panamá, Guatemala, Colombia, Bolivia y Honduras, donde ascendió. No hay datos disponibles para 2022, sin embargo, dado que la política internacional respecto de las tasas de interés ha cambiado radicalmente, es de suponer que ante la incierta situación económica la época de las tasas bajas de interés ha llegado a su fin.
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Caso Honduras
Una posible explicación sobre las razones por las que el sistema bancario hondureño es menos rentable que sus similares en la región podría derivarse de algunos costos fijos a los que está sujeto.
Por ejemplo, el riesgo crediticio es más elevado en relación con el tamaño de la cartera de crédito, causando que el margen financiero neto sea menor; también existen impuestos que gravan las operaciones bancarias que en otras latitudes no existen, como la Tasa de Seguridad Poblacional y, finalmente, costos fijos que solo afrontan los bancos en Honduras, como la obligación de constituir un fondo para el pago del pasivo laboral de los empleados, bastante gravoso, considerando que con cada contratación nueva y con cada aumento de salario que otorgan como empresas en marcha que son los bancos esa reserva se hace mucho mayor por la generosidad de las prestaciones laborales en el país.
Lo cierto es que la publicación de las estadísticas comparativas entre diferentes países y su análisis permite comprender la operativa de los negocios, así como la influencia que tienen los marcos de política pública en la evolución de las industrias domésticas para orientar mejor la toma de decisiones en función del interés público y no sujetar la actuación del Estado al servicio de metas políticas personales.
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