Honduras sigue siendo el país más violento de Centroamérica
Las políticas de seguridad implementadas por Honduras para combatir a la criminalidad y generar un ambiente más seguro no han dado los resultados esperados
Honduras sigue siendo el país más violento de Centroamérica y con pocos resultados en las estrategias de combate a la inseguridad ciudadana.
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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Mientras los demás países de Centroamérica avanzan a paso firme en la reducción de sus indicadores de violencia o tienen tasas bajas de homicidios, Honduras sigue en números rojos.
La presencia de maras y pandillas, el narcotráfico, la extorsión, los secuestros, asaltos, así como la corrupción estatal, no permiten que el país avance y logre dar la tranquilidad que demandan los más de 9.6 millones de hondureños.
Las estrategias de cárceles de máxima seguridad, de militarización, de aumentar el número de agentes y de la nueva Policía Comunitaria, no ha logrado frenar el monstruo de la delincuencia que a diario genera dolor y derrame de sangre.
Datos del Observatorio Nacional de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (ONV-UNAH) indican que Honduras tiene la tasa de homicidios por cada cien mil habitantes (hpccmh) más alta de la región.
Para el cierre del 2022 Honduras registraba una tasa de hpccmh de 35.8 misma que puede aumentar con la validación de datos que se está haciendo con la Secretaría de Seguridad, ya la medición más reciente del Observatorio apuntaba a que llegaba a 36.6 hpccmh.
Mientras que el Sistema Estadistico Policial en Línea (Sepol) de la Secretaría de Seguridad indica que 2022 terminó con una tasa hpccmh de 36.35, es decir, se registró una disminución de 5.36 puntos.
El problema para Honduras es que estos puntos están muy lejanos de la incidencia delictiva de los países más cercanos en Centroamérica, que con iguales o peores problemas han logrado tener mejores resultados.
Región
Los datos del ONV-UNAH indican que por debajo de Honduras está Guatemala con una tasa de hpccmh de 17.3.
Sgún análisis Infosegura, una organización de gestión de información sobre seguridad ciudadana con apoyo de las Naciones Unidas, estas cifras van en aumento ya que para 2021 la tasa fue de 16.6 hpccmh
Mientras que Costa Rica, según el ONV-UNAH, tiene una tasa de hpccmh de 12.2. No obstante, según Infoseguridad, este país cerró en 2022 con una tasa de 12.6, con un aumento en la cantidad de homicidios, al pasar de 588 en el 2021 a 656 en el 2022.
Por estar en la línea centroamericana se incluye a Panamá, un país con una economía fuerte y con alta presencia de turistas, pero cuya tasa de homicidios es de 11.5 por cada cien mil habitantes.
En tanto, la guerra contra las maras y pandillas del vecino gobierno de El Salvador ha tenido resultados en la disminución de la violencia, cerrando el 2022 con una tasa de hpccmh de 7.8 puntos.
Datos de Infosegura evidencian una tendencia en picada de las muertes violentas en El Salvador. Para el caso en el 2019, tenían una tasa de hpccmh de 38, para en 2020 bajó a 21.2 y en el 2021 llegó a 18.1.
Mientras que los datos que brinda el gobierno de Nicaragua, muy opacos cabe aclarar, evidencian una incidencia de seis homicidios por cada cien mil habitante.
En el caso de Honduras, Infosegura registró una tasa de 35.8 hpccmh, destacando la baja en la incidencia delictiva al cierre de 2022.
A la fecha de la elaboración del informe y con cifras provisionales al 2022, Honduras cerró con la tasa de homicidio por cada 100 mil habitantes más baja del período 2013-2022.
Migdonia Ayestas, directora del ONV-UNAH declaró a EL HERALDO Plus, que Honduras ocupa el segundo lugar de los países más violentos de Latinoamérica, citando a organismos internacionales.
El país solo es superado por Venezuela, que tiene una tasa de muertes violentas de 40.4 por cada cien mil habitantes.
Mientras que en Centroamerica, Honduras indiscutiblemente sigue siendo el país más violento, porque es el que más homicidios tiene con una tasa que llegará a los 36.6 en el 2022 ya con los datos validados, proyectó.
Disminución
Las cifras de Sepol evidencian que de 2017 a la fecha, la baja de homicidios se ha estancado y no desciende más de seis punto cada año.
Por ejemplo, en 2016 la tasa era de 59.05 homicidios y bajó en el 2017 a 43.58, es decir, 15.47 puntos solo en ese año, lo cual se miraba positivo de mantener esa tendencia.
Para el 2018 la tasa de homicidios llegó a 41.40, es decir, apenas logró bajar 2.18 puntos, pero en el 2019 se registró un importante retroceso, porque la violencia aumentó.
En ese año, los homicios llegaron a 44.7 por cada cien mil habitantes, es decir, aumentó 3.3 puntos, establecen los datos de la misma Secretaría de Seguridad.
En el 2020, en plena pandemia por covid-19, la violencia no se detuvo a pesar de que la mayor parte de la población estuvo encerrada en sus viviendas. La baja apenas fue de 2.34 punto, cerrado con una tasa de 42.36 hpccmh.
Las cifras no fueron nada alentadoras en 2021, el último año de gobierno de Juan Orlando Hernández. En enero de 2022 entregó el poder a la presidenta Xiomara Castro.
En ese año la tasa de hpccmh pasó a 41.71, es decir, la disminución reportada apenas fue de 0.65 puntos, dejando un importante reto para el presente gobierno.
El 2022 fue el primero año de Castro, logrando bajar la tasa de homicidios a 36.35 según la Sepol, es decir, 5,36 puntos, la caída más significativa de los últimos seis años.
De acuerdo al recuento de la Secretaría de Seguridad, 2022 cerró con 3,489 muertes violentas, 453 menos que el 2021, cuando sumaron 3,942, mientras que en los primeros meses del 2023 ya suman más de 500 homicidios.
Ayestas consideró que los funcionarios a cargo de las instituciones de seguridad deben comenzar a dar resultados, porque no es suficiente que salga en los medios de comunicación diciendo “estamos trabajando”.
Se sabe de la falta de recursos humanos, logística, de experiencia y de conocimiento en las instituciones policiales, pero también hay que trabajar el tema de querer hacer bien las cosas, sentenció.
Subrayó que el problema de Honduras, Centroamérica y Latinoamérica es creer que teniendo más efectivos militares y policiales en las calles se va a reducir la violencia y la criminalidad.
Con esa acciones solo se está abordando un tema, que es el control y la disuasión del delito, pero hace falta avanzar en acciones de prevención de la violencia y evitar que la gente se involucre en actividades criminales.
Esto se logra con mejorar el acceso a la educación, la salud, empleo y reducir la tenencia de armas de fuego en la población, porque es un control que no se está viendo, apuntó Ayestas.