Claves para entender la desinformación de 2024 en Honduras

La desinformación sigue siendo una amenaza latente en Honduras, amplificada por el contexto político, la expansión de las redes sociales y la falta de mecanismos efectivos de verificación.

  • 24 de diciembre de 2024 a las 10:32
Claves para entender la desinformación de 2024 en Honduras
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Tegucigalpa, Honduras.- La desinformación se ha convertido en un fenómeno global que no solo distorsiona la realidad, sino que también afecta la estabilidad social y democrática de los países.

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En Honduras, durante 2024, este problema se ha intensificado, impulsado por factores como la polarización política, la desconfianza en los medios tradicionales y el auge de las redes sociales como principales fuentes de información.

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Más que un desafío técnico, la desinformación representa una amenaza cultural que demanda respuestas integrales.

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EL HERALDO Verifica recuenta cuatro claves para entender el fenómeno en 2024.

Redes sociales como motor de la desinformación

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En 2024, las plataformas digitales se han consolidado como las principales fuentes de información para los hondureños, desplazando en muchos casos a los medios tradicionales.

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Sin embargo, estas redes no cuentan con mecanismos efectivos para filtrar el contenido falso o manipulador.

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WhatsApp, Facebook y TikTok hacen esfuerzos para combatir la desinformación, aunque sus políticas aún requieren afianzamiento.

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Por ejemplo, rumores sobre beneficios sociales inexistentes o cambios en normativas migratorias han inundado grupos de WhatsApp, generando reacciones masivas basadas en información falsa.

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Estas plataformas se han convertido en herramientas poderosas para actores malintencionados que buscan influir en la opinión pública, particularmente en temas políticos.

El poder de los bots y la manipulación con IA

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En 2024, el uso de bots y cuentas falsas en redes sociales ha alcanzado un nivel alarmante. Estas herramientas son utilizadas por grupos políticos y económicos para amplificar mensajes específicos, crear tendencias artificiales y atacar a figuras públicas.

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Estos actores aprovechan la falta de regulación y supervisión de las plataformas digitales para influir en el debate público de manera oculta.

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Un ejemplo reciente fue la proliferación de perfiles falsos que compartieron una narrativa falsa sobre reformas legales, generando información errónea.

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A esto agregarle, el incremento del uso de la Inteligencia Artificial (IA) para crear imágenes, videos o audios falsificados (deepfakes), lo que dificulta a los usuarios identificar que es real o no.

Brechas en alfabetización mediática y digital

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Uno de los mayores desafíos en Honduras es la baja cultura de verificación de información. Muchas personas desconocen cómo evaluar la credibilidad de una fuente o identificar contenido manipulado.

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Esto se ve exacerbado por la falta de fact-checkers institucionalizados en el país. Si bien existen esfuerzos independientes, no son suficientes para contrarrestar el volumen de contenido falso que circula diariamente.

Impacto social y político

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La desinformación tiene consecuencias profundas en la sociedad hondureña. Por un lado, genera división y polarización al manipular emociones como el miedo o la indignación.

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Por otro lado, debilita la confianza en las instituciones públicas y los medios de comunicación, creando un entorno donde el escepticismo y las teorías conspirativas proliferan.

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En el ámbito político, la desinformación pone en riesgo la transparencia democrática, ya que puede alterar la percepción de los ciudadanos sobre los candidatos y sus propuestas, afectando el proceso electoral.

El camino hacia la solución

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Combatir la desinformación en Honduras requiere un enfoque integral que combine educación, regulación y tecnología. Es fundamental promover la alfabetización mediática y digital desde una edad temprana, capacitando a las personas para identificar y evitar contenido falso.

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Al mismo tiempo, las plataformas digitales deben asumir una mayor responsabilidad en la moderación del contenido que comparten sus usuarios.

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Finalmente, los medios de comunicación y los líderes de opinión deben trabajar con transparencia y ética, para reconstruir la confianza de la población en fuentes de información confiables. Solo así será posible mitigar el impacto de la desinformación y fortalecer la democracia en el país.

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En conclusión, esto requiere de un esfuerzo en conjunto de la población hondureña para entender las dinámicas y efectos de la desinformación como primer paso hacia su combate efectivo.

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En un año decisivo como 2024, esta lucha no es solo responsabilidad de las instituciones, sino de toda la ciudadanía.

Fuentes

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Información de EL HERALDO Verifica

Nuestras clasificaciones
VERDADERO

Cuando las pruebas son fehacientes y confirman la información.

FALSO

Todas las fuentes arrojan que la información no es cierta.

ENGAÑOSO

Contiene datos mezclados entre verdadero, falso, o sacado de contexto.

VERDAD A MEDIAS

La información es correcta pero omite elementos clave del contexto.

INEXACTO

La información que se aproxima a la exactitud.

SIN EVIDENCIA

No hay datos públicos ni alternativos para probar la información.

Carlos Girón
Carlos Girón
Editor de El Heraldo y La Prensa Verifica

Especialista en fact-checking, verificación digital, periodismo de datos, visualización y transparencia. Licenciado en Periodismo por la UNAH. Máster en la Universidad CEU San Pablo de Madrid, España.

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