Gobierno frenó construcción de módulo de máxima seguridad en PNFAS
Las nuevas instalaciones estaba prevista para separar a las privadas de libertad más peligrosas de PNFAS, ya que tenían el mismo diseño de las cárceles de máxima seguridad. Obra estaba a un 70%
La “minicárcel” de máxima seguridad para mujeres estaba a tres meses de terminarse, pero el actual gobierno no continuó con el proyecto.
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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El gobierno actual frenó la construcción de un módulo de máxima seguridad en la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS) adonde se planeaban trasladar las internas de alta peligrosidad, conoció EL HERALDO Plus tras acceder a planos, documentos y fotografías de la obra.
El proyecto estaba concebido como un “mini cárcel de máxima seguridad”, semejante al modelo de Ilama en Santa Bárbara y a La Tolva en Morocelí, El Paraíso, debido a que en PNFAS hay mujeres que son altamente violentas, como se comprobó esta semana tras la masacre que acabó con la vida de 46 reclusas.
La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus tuvo acceso a documentos y planos que comprueban que desde el año 2021 se comenzó con el proceso de construcción de la fortificada estructura penitenciaria.
También se obtuvieron fotografías y videos que evidencian cómo avanzaba la obra hasta antes de que las autoridades del Instituto Nacional Penitenciario (INP) del nuevo gobierno tomaran el control del sistema y decidieran no darle continuidad.
La idea comenzó luego de una masacre registrada allá por el 2020, cuando fueron ejecutadas unas seis reclusas después de un enfrentamiento entre la pandilla Barrio 18 y la Mara Salvatrucha MS-13.
Fue así que el Consejo Nacional de Defensa y Seguridad (CNDS) y la Fuerza de Seguridad Interinstituciona Nacional (Fusina), con fondos de la Tasa de Seguridad Poblacional, determinaron que era urgente hacer un módulo de alta seguridad para mujeres.
Decidieron realizar un proyecto pequeño, es decir, una cárcel con capacidad para unas 90 privadas de libertad, con celdas de una, dos y tres camas para reclusas, pero con el mismo diseño de máxima seguridad.
Los análisis indicaban que era urgente tener un centro de esta naturaleza, porque las instalaciones de la PNFAS tiene casi medio siglo de existencia, ya que fueron inauguradas en 1974, y el comportamiento actual de las privadas de libertad es muy distinto al de aquel entonces.
Según las evaluaciones, se volvían recurrentes los enfrentamientos entre las integrantes de las maras y pandillas, por eso necesitaba segregarlas, debido a que hay mujeres que son más peligrosas que otras.
Construcción
Las labores empezaron en 2021. En enero de 2022, antes de que asumiera Castro, el proyecto iba avanzado, por lo cual la empresa a cargo siguió trabajando, a la espera de que se hicieran los desembolsos en cumplimiento al contrato para terminarlo, reveló una fuente a la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus.
Sin embargo, pasó el tiempo y se llegó mayo de 2022. Como las nuevas autoridades del INP no le pagaron a la empresa constructora, la obra quedó abandonada, tal y como ocurre con muchos proyectos, con la inversión pública perdida, porque no les buscan solución.
La ventaja de esta obra es que el costo no es tan alto, en comparación con los demás centros penitenciario de máxima seguridad, que tuvieron un precio de construcción arriba de 20 millones de dólares (500 millones de lempiras).
El valor de la “minicárcel de máxima seguridad” de PNFAS ronda los dos millones de dólares, un poco más de 50 millones de lempiras, afirmó la fuente de la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus.
La proyección de la empresa constructora era entregarlo en agosto de 2022 aproximadamente, ya listo para comenzar los traslados y la segregación de las reas, pero ante la falta de pago, no fue posible.
Tampoco se iban a realizar grandes inversiones en traslados, porque el centro está a la par de PNFAS, en un predio que pertenecía al centro pedagógico Renaciendo.
En ese sentido se hizo un acuerdo legal entre el INP y el Instituto Nacional para la Atención a Menores Infractores (Inami) para que los predios fueran entregados en comodato, ya que Renaciendo pasaba a Jalteva, Cedros, Francisco Morazán.
Felipe Morales, exdirector del Inami, declaró a la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus, que sí cedieron la parte del terreno trasero de Renaciendo, porque el INP tenía un financiamiento disponible para construir la cárcel.
El convenio se hizo porque el terreno es del Estado. En ese caso se otorga en usufructo a otra institución pública para que ellos realizaran el trabajo.
Recordó que ese acuerdo se hizo con las autoridades del INP con la supervisión de Fusina, que eran los que tenían intervenidos los centros penales en ese momento.
El proyecto no tenía un precio elevado, porque se tenía el terreno, estaba cerca de la cárcel, habían conexiones de energía, agua y alcantarillado, es decir, era una obra factible.
Cuando llegaron las nuevas autoridades del INP se comunicó que el proyecto estaba avanzado, pero ni siquiera lo fueron a ver y todo lo dejaron tirado.
“Si ese proyecto se hubiese terminado, esta tragedia de 46 reas fallecidas no se hubiera registrado, porque el objetivo era trasladar a las integrantes más peligrosas de las maras y padillas a esas celdas”, aseguró con consternación la fuente.
Los análisis de inteligencia y de expertos que asesoraban al CNDS anterior pronosticaban que un hecho como esos en cualquier momento se iba a presentar. Para prevenirlo se comenzaron a construir las nuevas celdas, para aplicar la segregación.
En ese sentido, advirtió que el Estado se puede enfrentar a millonarias demandas en su contra, al demostrar la ineficiencia en la administración pública y omitir el desarrollo de todas estas obras preventivas.
Estructura
El área de construcción es de una media manzana aproximadamente y reuniría todas las condiciones de máxima seguridad, de acuerdo a las proyecciones de las autoridades anteriores.
Es decir, era una cárcel pequeña dentro de PNFAS, pero aislada completamente del resto de las reclusas, es decir, las que presentaban menos niveles de violencia se iban a quedar donde están ahora.
En las fotos a las que tuvo acceso EL HERALDO Plus se evidencia que las paredes ya estaban a nivel de cargado, listas para instalar la losa de concreto.
El diseño de la estructura evidencia que la “minicárcel de máxima seguridad” estaba dividida en cinco secciones y con fuertes controles preventivos.
Las paredes de bloque fundido iban reforzadas con una varilla de hierro de acero enmedio, además de una plataforma de hierro y concreto en el piso, así como un cerco perimetral entre bloque y malla ciclón.
En mayo anterior se podría comprobar que los trabajos se estaban realizando con diligencia e iban en un 70%, pero en la actualidad los predios están llenos de monte y deteriorados, casi perdidos.
El proyecto está estructurado de la siguiente manera: la sección A-1 es el módulo de máxima seguridad de mujeres, donde están edificadas las celdas. Esta edificación tiene dos pasillos de frente con celdas a los costados y al centro con dos áreas de lavandería al fondo.
El modelo de diseño permite tener dos grandes secciones que dejan de frente las puertas de cada una de las celdas, es decir, que por un pasillo se tiene acceso a dos pabellones a la vez.
El recinto tiene camas de concreto, en algunos solo una, en otros dos y en otras celdas hasta tres camas, con sus servicios básicos adentro para que no tengan que salir.
Las puertas previstas para instalar eran de lámina de acero, con pequeños espacios para introducir la comida y los kit de higiene, vigilados estos pasillos con cámaras de seguridad y un centro de monitoreo.
También tendrían puestos de control para regular el acceso y salida de las privadas de libertad, así como sistemas de detección de metales, así como en el resto de las cárceles de máxima seguridad existentes.
En la sección A-2 se establecerían todos los sistemas y controles de seguridad por pasillo que comunican con PNFAS y las otras instalaciones de la pequeña cárcel.
La sección A-3 sería acondicionada con un edificio de locutorios, es decir, donde los reos puedan recibir a sus abogados, las visitas, entre otras actividades permitidas.
La sección A-4 está diseñada para la instalación de desechos sólidos, porque la basura pasaría por los controles de seguridad.
Mientras que en la sección A-5 se edificarían torreones de vigilancia para mantener bajo la mira cualquier movimiento extraño al interior del recinto penitenciario.
EL HERALDO Plus trató de comunicarse con las autoridades del INP anterior y de la Secretaría de Seguridad, para consultarles por qué ignoraron este proyecto, pero no respondieron.