Migrantes hondureños, entre los más vigilados por Estados Unidos

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Los migrantes hondureños están entre las primeras nacionalidades en Estados Unidos que son obligadas a utilizar grilletes o aplicaciones con Sistema de Posicionamiento Global (GPS) para ser ubicados, comprobó un análisis de la Unidad de Datos de EL HERALDO Plus.

El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, siglas en Ingles) de Estados Unidos ha implementado una serie de alternativas contra la detención humana, para que los migrantes no esperen bajo prisión una resolución judicial de su estatus migratorio.

Primero se comenzó a utilizar las pulseras, también conocidas como grilletes, pulseras de tobillo o brazaletes electrónicos, como una alternativa a la detención física, mientras las personas esperan su audiencia o resolución de su caso migratorio.

Este mecanismo de rastreo generalmente es utilizado en ciertos casos para monitorear a los migrantes que se encuentran solicitando asilo en la nación norteamericana.

Las pulseras electrónicas están equipadas con un dispositivo de rastreo GPS, que permite a las autoridades de inmigración supervisar la ubicación de quien lo porta en tiempo real.

Otro sistema que se utiliza, muy reciente, es el SmartLINK, que consiste en una aplicación de teléfono inteligente que utiliza el reconocimiento facial para confirmar la identidad, así como el seguimiento de la ubicación a través de GPS.

Y la tercera opción es el informe telefónico, mismos que requieren que los inmigrantes se registren a intervalos específicos por teléfono, utilizando tecnología de coincidencia de voz para confirmar la identidad.

El objetivo principal de estas medida de rastreo es asegurarse de que los migrantes cumplan con las restricciones impuestas por las autoridades mientras se encuentran en el país, y que no permanezcan en los centros de detención.

Los análisis de la Unidad de Datos de EL HERALDO Plus evidencian que los hondureños forman parte de las comunidades que más aplican a este tipo de programas de seguimiento por georreferencia.

Los datos analizados evidencian que en el número de hondureños bajo estos programas creció de 14,771 en el año 2020 a 22,693 al cierre del 2021, mostrando un aumento del 54%.

Todos estos compatriotas, mientras siguen su proceso en los tribunales de migración de Estados Unidos para determinar si los deportan o no, pueden estar con sus familias y comunidades, pero siendo rastreados todo el tiempo.

Los hondureños se ubican en el segundo lugar en el uso de estos dispositivos, ya que al cierre de 2021, Guatemala estaba en primera posición con 23,189 migrantes, bajo los sistemas de monitoreo.

El uso de las pulseras electrónicas u otros dispositivos para migrantes es comúnmente aplicado en situaciones en las que se considera que se corre un riesgo bajo de fuga por parte de las personas que enfrentan un proceso, según disposiciones de las autoridades y expertos en el tema.

No obstante, su uso ha sido empleado para personas que han solicitado asilo, aquellos que han sido liberados bajo fianza mientras esperan su audiencia de inmigración o aquellos que están siendo monitoreados como parte de programas alternativos a la detención.

Un ejemplo, aunque no necesariamente era un caso de migración, es el expresidente de la República, ya fallecido, Rafael Leonardo Callejas, quien obtuvo la libertad con el uso de grilletes electrónicos, mientras enfrentaba un proceso judicial.

Los datos analizados muestran que México también tenía a 16,476 ciudadanos bajos este sistema, seguido de Venezuela con 15,884 y por último Nicaragua con 14,846.

Estas cifras son procesadas por la Cámara de Compensación de Acceso a Registros Transaccionales de Estados Unidos (TRAC, siglas en inglés), quienes procesan los datos generados por el ICE.

Las cifras también evidencian que la mayoría de catrachos son vigilados ahora con la aplicación SmartLINK, considerada como una gran ventaja, tomando en cuenta que los monitores de tobillo son invasivos.

En 2021, el 66% utilizaba la aplicación móvil, mientras que 14% era con GPS, todo lo contrario a los indicadores del 2020, cuando solo el 33% usaba SmartLINK y 31.5% pulseras de tobillo con GPS.

Ramón Sánchez, secretario general de la organización La Casa del Hondureño, declaró que el brazalete se le coloca al migrante para asegurarse que puedan asistir a las audiencias pendientes en la Corte.

La medida permite que la persona no esté en la cárcel, pero la circulación es bien restringida, ya que no pueden salir de la ciudad donde están y si alguien no tiene permiso de trabajo tampoco puede hacerlo.

Lo lamentable es que este grillete no solo lo usa el departamento de Migración, sino que la Policía, cuando le da libertad condicionada a un preso. “Eso da pena al migrante”, porque cuando las demás personas lo ven no saben si lo porta por delinquir o porque es migrante, expresó Sánchez.

También refirió que en el estado de Florida, donde está por entrar en vigencia la Ley SB 1718, existe una movilización masiva de migrantes hacia otros estados, pero los que tienen sistema de monitoreo o grillete no lo pueden hacer.

Los datos del TRAC evidencian que en los últimos cinco años se dispararon los casos de hondureños que comparecieron ante tribunales de migración, marcando récord el año fiscal 2022 y el 2023 que está en curso.

Para el caso en el 2021 fueron llevados a los juzgados migratorios 18,511 hondureños, pero la cifra se disparó a 64,065 en el 2022 y en los que va de 2023 ya suman 57,235 hondureños, ya que en estas instancias se decide si una persona es deportada o no.

Jessica Girón, miembro de la Alianza Nacional del TPS en Estados Unidos, declaró que el caso de uso de grilletes es común y bastante restrictivo, porque si una persona de aleja del circuito establecido la alarma se dispara.

En la iglesia donde ella asistía, algunas madres de familia andaban con el grillete en el tobillo, mientras estaban en proceso de resolver su estatus de migración para que vayan a Corte y no se escapen.

A muchas personas les da pena portarlo y lo ocultan bajo su ropa, es decir, no es algo tan visible. Las mujeres tratan de usar falda larga o pantalón para que no se vea.

Sin embargo, lo peor es el día que comparece en la corte, porque no se sabe si los van a mandar de regreso para Honduras. Si el juez decide deportarlo ese día, lo arrestan y luego lo despachan de regreso.

Sobre la aplicación SmartLINK dijo que por medio el teléfono monitorean a las personas y confirman si está donde quedó establecido, por lo cual siempre debe tener dispositivo encendido.

Estas medidas son parte del Programa Alternativa de Detención (ADT) que se aplica en el caso de aquellas personas que no representan riesgos para la sociedad, en base a criterios del ICE.

Según los datos, la mayoría de hondureños detenidos son jóvenes de 25 a 34 años, pero también es alta la cantidad de menores bajo procesos migratorios

La cónsul de Honduras en Miami, Florida, Estados Unidos, Deysi Tosta, explicó a la Unidad de Datos de EL HERALDO Plus, que son las autoridades del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas las que deciden a qué hondureños le aplican este tipo de medidas.

El consulado tienen contacto con un hondureño que está bajo custodia cuando algún familiar solicita ayuda para localizarlo y garantizar que sus derechos no se violenten.

Explicó que cuando un connacional se encuentra detenido puede solicitar un abogado de migración privado y en el caso que no tenga recursos, pedir apoyo al consulado donde lo asisten para que tengan la asistencia legal.

Tosta explicó que cuando se aplica una medida de seguimiento georreferencial, la persona debe portar el grillete u otra aplicación de monitoreo.

Este es un sistema de monitoreo que tiene el gobierno norteamericano para garantizar que las personas vayan a firmar a un centro y en algunos casos las autoridades les hacen visitas sorpresas.

Si alguna persona denuncia que el grillete les está afectado, el consulado les puede colaborar para consultarle a la autoridad si hay otra medida de control para aplicarles.

Asimismo, son las autoridades migratorias de Estados Unidos las que determinan a qué personas le dictan este tipo de medidas, ya que no en todos los casos se aplica. Ellos hacen una clasificación.

Generalmente entran aquellas personas que quizá presentan parámetros o conductos que reflejan la renuencia a continuar con un proceso, así que mediante métodos psicológicos determinan quién lo puede usar, expuso.