YAMARANGUILA, INTIBUCÁ.- A las 6:50 de la mañana en la comunidad de La Rinconada, Yamaranguila, Intibucá, tres hermanitos de diez, ocho y seis años rompen a cada paso la neblina que se atraviesa en su camino, se apresuran para llegar a la escuela Francisco Morazán y recibir una merienda para calentar su frágil estómago.
José, nombre ficticio por los derechos de la niñez, es el mayor y se encarga de cuidar a sus hermanitos. Cada uno va con el estómago vacío, pero saben que antes de comenzar las clases recibirán un vaso de leche caliente con una fruta.
“Somos 12 hermanos, los otros están más grandes, solo nosotros tres venimos a la escuela”, manifestó el pequeñito que cursa el quinto grado al platicar con el equipo de EL HERALDO Plus, que llegó a conocer el modelo de merienda escolar que se aplica en ese departamento.
Las madres encargadas de la comida del día encendieron el fogón a las 5:00 de la mañana, se pusieron el delantal y comenzaron una jornada ardua de cocinar para más de 40 niños, entre ellos el pequeño José que quiere ser albañil.
María Pérez, presidenta del Comité de Alimentación Escolar (CAE), comentó que antes que los niños entren a clases ellas ya tienen listo el CSB (Corn soy blend, en inglés), una mezcla de maíz amarillo con soya, que se prepara con leche, resultando una rica bebida caliente.
El departamento de Intibucá se ha vuelto el modelo a seguir en el Programa de Alimentación Escolar en Honduras, debido a que, además de los productos básicos como arroz, frijoles, maíz y aceite, los niños reciben una ración fresca.
La ración fresca está integrada por proteína como huevos en cada tiempo de comida, además de verduras y frutas, como tomate, plátano, zanahoria, yuca, papa, pepino, mínimo maduro y verde.
“Nosotros nos sentimos orgullosos porque si los niños no tuvieran ese alimento no vendrían a clases, vendrían de vez en cuando, porque hay niños que llegan desde largo, por eso es una gran ayuda y agradecemos a quien nos colabora”, expresó la madre al momento que atizaba el fogón de la cocina de la escuela.
Programa internacional
Los niños de este departamento tienen una alimentación más balanceada que los del resto del país, gracias al Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), que por medio de la organización Catholic Relief Services (CRS) ha estado implementando el Programa Internacional Mc-Govern Dole (MGD).
Este programa comenzó en Honduras en 2013, con un enfoque en mejorar los resultados nutricionales y educativos de los niños en 1,040 escuelas públicas en los 17 municipios del departamento de Intibucá.
En 2021 CRS comenzó la tercera fase del proyecto y en 2022 se expandió para incluir las 913 escuelas públicas en los 19 municipios del departamento de La Paz, con un suministro diario de una merienda y un almuerzo nutritivo diario para los y las estudiantes de preescolar, primaria y secundaria.
Ana Lucy Gonzáles, coordinadora de alimentación escolar de CRS, detalló que el Programa Internacional de Alimentación Escolar y Nutrición Infantil es patrocinado por USDA y ejecutado por CRS, el Comité Central Pro-Agua y Desarrollo Integral de Intibucá (Cocepradii), Education Development Center (EDC) y Feed The Children.
Explicó que la ración básica está compuesta por maíz, frijoles, arroz, CSB y aceite, más la ración fresca, compuesta por huevos y vegetales. Esta última ración solo llega a los municipios de San Juan, Dolores, San Miguelito y Yamaranguila.
González explicó que la ración fresca solo llega a esos municipios porque el programa ya está finalizando y el presupuesto ha disminuido, pero antes el programa cubría más zonas.
Resaltó que los padres de familias hacen aportes con alimentos que producen, como culantro, leche y azúcar, pero todo es de acuerdo a las capacidades económicas.
La misión que tienen los colaboradores es que los niños reciban un alimento nutritivo, que incluye carbohidratos, proteína y vegetales, con el objetivo de evitar que los estudiantes consuman gaseosas o alimentos ultraprocesados en las casetas de los centros educativos.
Alimentación completa
A las 9:30 de la mañana en el Centro de Educación Básica La Buena Nueva de la comunidad El Tablón, Yamaranguila, Intibucá, las señoras Iris Sánchez, Lourdes Gutiérrez, María López, Glenda Aguilar y Alba Pérez entregaban la poleada de CSB con un mínimo a los alumnos.
Mientras los pequeños disfrutaban de los alimentos, unas madres preparaban yuca, mínimo verde, zanahoria y huevos para integrarlo a la sopa de frijoles que le servirían de almuerzo a los alumnos, que además iba acompañada con arroz y tortillas recién hechas de maíz amarillo.
“Este es un alimento completo, porque lleva proteína y carbohidratos, o sea, lleva una porción de todos los nutrientes, por eso nosotros decimos que es cien por ciento saludable”, aseguró María López, presidenta del Comité de Alimentación Escolar del centro educativo.
Aseguró que a las madres de familia han sido capacitadas con nutricionistas universitarios, quienes han enseñado cómo elaborar alimentos nutritivos y bajo normas de higiene, así los alumnos reciben alimentos completamente saludables.
Ana Lucy González afirmó a EL HERALDO Plus que ellos no entregan merienda escolar, sino alimentación escolar, porque se comienza el día con un vaso de leche con CSB en la mañana y al mediodía se entrega un almuerzo completo, regresando los niños a sus casas satisfechos, con una alimentación muy agradable.
Detalló que actualmente 97,613 estudiantes reciben comida diaria con productos básicos de USDA y 24,863 reciben frutas, huevos y verduras en 1,953 escuelas, con el apoyo de 2,000 maestros y 11,000 voluntarios.
Para los coordinadores del programa, en todo este proceso es crucial la participación de los maestros, quienes con los padres de familia se aseguran que los alimentos se mantengan en buen estado y que estén listos a la hora de la comida.
La inversión del programa solo para Intibucá es de 25 millones de dólares, más de 600 millones de lempiras, en un promedio comprendido en octubre de 2020 y en septiembre de 2025, mientras que para La Paz se tienen destinados 10 millones de dólares, unos 250 millones de lempiras.
Blanca Suyapa Ulloa, directora del Centro de Educación Básica La Buena Nueva, detalló que en los platillos se utilizan todos los productos y se hacen sopa de frijoles con verduras, platillos seco. No falta el huevo con tomate, los frijoles, las tajadas de plátano, tortillas y otros alimentos.
“Estos alimentos son de mucho beneficio para los niños y nos permite que no se ausenten del centro educativo, evita la deserción escolar y la impuntualidad del niño porque la mayor parte son de escasos recursos”, expresó la maestra.
Sobre el pupitre, vistiendo un suéter, su falda escolar y un colita que sostenía su cabello tierno, la pequeña Sandrita (nombre ficticio) saboreaba la leche con CSB.
La estudiante del quinto grado llega junto a su hermanita a clases todos los días. “Nos gusta la comida, nos dan leche, sopa, a veces comida con ensalada, es bien rico”, contó mientras desde el exterior la maestra Blanca los llamaba para que recogieran un mínimo maduro.
Al regresar al aula, contó con nostalgia que su papá abandonó el hogar. De inmediato tomó la bebida caliente, la sopló suavemente y tomó un sorbo pequeño. “Papá no tengo, él se fue, mi mamá lava ropa y cuando no venimos a la escuela comemos arroz y frijoles en la casa”, contó.
El director de la escuela Francisco Morazán, Cándido Sánchez, apuntó que la alimentación que reciben los niños es muy buena, porque es nutritiva y reciben las clases con mayor atención, además hay más asistencia a clases.
