Narcocarreteras, la telaraña de la droga en la Biósfera del Río Plátano
Decenas de narcocarreteras se han construido en la Biósfera del Río Plátano hasta llegar a la zona núcleo. El gobierno avaló que el primer tramo no fuera destruido tras un acuerdo con ganaderos e indígenas
La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus se internó por diferentes narcocarreteras que conectan a la zona núcleo de la Reserva de la Biosfera del Río Plátano en Gracias a Dios.
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GRACIAS A DIOS.- Como los hilos de una telaraña, conectados estratégicamente, así funcionan las narcocarreteras en la Reserva de la Biósfera del Río Plátano, considerado Patrimonio de la Humanidad.
Su aspecto ordinario por estar construidas de tierra esconde la valiosa importancia que le brindan a personajes oscuros al momento de permitirles ingresar sin escrúpulos a una joya de la naturaleza.
No es una, tampoco dos, son decenas de narcocarreteras que como arterías bombean destrucción por ser los canales por donde los humanos ingresan a la zona núcleo de la biósfera para deforestarla.
Están en perfectas condiciones con mantenimiento permanente pagado por el bolsillo de los narcoganaderos que mueven sus “productos” a toda hora aprovechando la falta de presencia militar.
La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus cruzó la primera narcocarretera en 2021. Fue un recorrido de 110 kilómetros desde Dulce Nombre de Culmí, Olancho, hasta Krausirpi, Gracias a Dios.
La semana pasada este equipo regresó. ¡Sorpresa!, ya no es solo una, hay muchas, cruzan montañas, ríos y -lo mas preocupante- entran y salen de la zona núcleo de la Biósfera del Río Plátano sin restricciones.
Sin embargo, si al inicio era solo una narcocarretera, ¿por qué no se destruyó?
Esa decisión obedece a una orden del asesor presidencial Manuel Zelaya en abril de 2022 en reunión pública pactada con la Asociación de Ganaderos y el Consejo Territorial de la Mosquitia: la narcocarretera se dejaría en operación “siempre y cuando no se siga ampliando ni destruyendo el bosque”.
El resultado de la decisión es que desde que se tuvo conocimiento de esa narcocarretera se deforestó 49.26 mil hectáreas de bosque, más de la mitad de lo que se había destruido en 22 años de registro que tiene publicado en su portal el sitio especializado Global Forest Watch.
Otro efecto del fallo es la proliferación de narcocarreteras o pasos clandestinos a lo largo y ancho de la zona de amortiguamiento, zona cultural y zona núcleo de la Reserva de la Biosfera del Río Plátano.
Ahora, aparece de la nada una solución: destinar 19 mil millones de lempiras en un proyecto para salvar la biósfera, una decisión que algunos expertos ven tardía tomando en cuenta que el daño por tramos es totalmente irreversible.
El ICF aseguró que durante 2022 y 2023 lograron reducir un 66 por ciento la deforestación en la zona núcleo de la Reserva de la Biósfera del Río Plátano, cifras cuestionables al ver -in situ- todo el desastre.
El ministro del ICF, Luis Soliz, aseguró ayer que “se está trabajando en la neutralización de las carreteras que están dentro de las áreas protegidas, especialmente las que conducen a las zonas núcleos, porque sabemos que ese es el inicio de la destrucción del bosque”.
El funcionario aseguró que hay órdenes de destruir 17 tramos carreteros en diferentes áreas protegidas “desde la Biósfera del Río Plátano hasta Cerro Azul, el narcotráfico es parte de la destrucción de nuestros bosques que va de la mano con la ganadería ilegal, que es motivada por el lavado de activos”.
Recorrido y antecedentes de la narcocarretera
La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus comenzó su recorrido camino a la zona núcleo de la Biósfera de la Reserva del Río Plátano en el desvío Los Mangos, en el municipio de Dulce Nombre de Culmí, Olancho.
En total, este Patrimonio de la Humanidad, declarado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en 1981, tiene una extensión de 832,335 hectáreas.
Está divido en tres regiones: zona de amortiguamiento (con 150,000 hectáreas), zona cultural (332,335 hectáreas) y zona núcleo (350,000 hectáreas), por lo que conocerla toda resulta totalmente imposible.
El viaje se realizó en un vehículo tipo pick-up 4x4 por temor a las condiciones de la narcocarretera, pero otra vez ¡sorpresa! Un carro particular fácilmente se mete sin mayor problema.
La primeras comunidades en el camino son San José, pasando por una zona conocida como La Llorona hasta llegar a Plan Grande. Hasta ahí hay incluso servicio de bus de ruta urbana y es un tramo de la narcocarretera que según los pobladores data desde los años ochenta.
En ese recorrido de al menos una hora ya no hay selva, solo potreros, pero aún es una sola vía. No se logró ver mayores aperturas de calles.
Más adelante está Saguazón, Saguacito y Cielo Azul. Está última una comunidad a la orilla del río Wampú, que actualmente está seco debido a la deforestación y los seis meses sin lluvia en la biósfera.
La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus ya había hecho este recorrido por la narcocarretera principal. Ya se sabe que después se pasa por Pavo, Malaiguas, hasta llegar a la comunidad de Krausirpi.
En ese entonces -año 2021- producto de la investigación realizada y la existencia de un tramo principal, el Comando de Apoyo a la Protección de Ecosistemas de las Fuerzas Armadas de Honduras (FF AA) le confió a EL HERALDO Plus que iban a destruir con dinamita la narcocarretera.
Ante el evidente olvido y que no hubo cambio significativo para su conservación, un año después -luego de la segunda visita de la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus- se repreguntó por las acciones a ejecutar.
En esa oportunidad, las autoridades dijeron que incluso ya el Batallón de Ingenieros de las FF AA tenía identificado el lugar ideal dinamitar, pero esperaban una autorización de la Fiscalía del Medio Ambiente que no llegó.
Para ese tiempo solo era una narcocarretera, se levantó mucha presión para la destrucción así como para su conservación.
La determinación de no dinamitarla vino del expresidente Manuel Zelaya por órdenes de la presidenta Xiomara Castro a mediados del 2022 luego de una reunión en Dulce Nombre de Culmí con la Asociación de Ganaderos y el Consejo Territorial de la Mosquitia.
“Ustedes van a seguir utilizando la carretera, se está haciendo todo lo posible para que tengan comunicación, vía aérea, marítima y terrestre, lo que no vamos a permitir es que siga la destrucción del bosque”, confirmó públicamente en ese momento el expresidente.
La importancia de la zona núcleo de la Biósfera de la Reserva del Río Plátano es debido a que cuenta con 33 ecosistemas terrestres y cinco marinos donde habitan 721 especies de vertebrados —muchas en peligro de extinción—, 586 especies de plantas, 411 especies de aves documentadas y 108 especies de reptiles y anfibios registrados.
Además, según la UNESCO, en la zona el mono araña mexicano está en peligro crítico de extinción, el tapir centroamericano en peligro de extinción, el oso hormiguero gigante y el manatí antillano viven en condición vulnerable, el jaguar está casi amenazado, así como el pecarí de labios blancos.
También mencionan otras especies carismáticas como el puma, ocelote, jaguarundi y margay, nutria neotropical, mono capuchino de garganta blanca y mono aullador de manto.
El listado sigue con el gran guacamayo verde en peligro de extinción, el vulnerable gran pavo real y el guacamayo escarlata y el águila crestada de Guayana y la majestuosa águila arpía, casi amenazados, que se destacan entre las impresionantes 411 especies de aves documentadas, junto con el jabiru y el buitre rey.
Nuevas narcocarreteras
El primer desvió con una nueva narcocarretera está ubicado a 30 minutos de Cielo Azul en una comunidad llamada Mahor. Desde ahí la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus entró a la zona núcleo de la Biósfera del Río Plátano para evidenciar el desastre.
Se ven miles de árboles en suelo, cortados con motosierra, así como montañas enteras reducidas a cenizas producto de incendios recientes, incluso se pudo observar cómo el humo salía de la zona núcleo.
A esta nueva narcocarretera no se le dio fin, internándose a tráves de montañas a la zona considerada Patrimonio del Mundo.
La escena se repetía una y otra vez: árboles tirados, terrenos quemados, todo con la única misión de hacer un cambio de suelo a pasto para que se alimenten las miles de cabezas de ganado.
Otra narcocarretera presente que pasa por la zona núcleo de la Biósfera del Río Plátano está ubicada a partir de la comunidad de La Malanga, que poco a poco va avanzando.
Otro de estos caminos clandestinos captados por el lente de la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus sale una comunidad llamada Río Chiquito y también se interna por las montañas a la zona núcleo.
Hay más narcocarreteras por la comunidad de Warunta en una telaraña de calles que se conectan estratégicamente al gusto de los narcoganaderos que tienen control sobre toda la inmensa reserva.
Si las personas quieren tomar otra ruta pueden tomar una vía por Buenos Aires para llegar a Guarasca, que -según se conoció en el recorrido- es conocido como el centro del núcleo de la biósfera.
Una realidad es que durante la pandemia se denunció que desde Wampusirpi, Gracias a Dios, pasando por Truku, Pansada, se estaba avanzando con otro narcocarretera que iba terminar de conectar todo, pues esa ampliación del tramo ya está en un 90 por ciento terminado.
La carretera a Puerto lempiras, Gracias a Dios, es una realidad. Pronto no se necesitará un avión o pipante para llegar a la comunidad, únicamente bastará con un vehículo cargado de gasolina para viajar.
Otra de las narcocarreteras sale desde el municipio de Iriona, Colón, y lleva a las personas a una comunidad llamada Musing, donde hace 15 años familias se asentaron como invasores de oficios y se han encargado de abrir brechas y sobre todo acabar con la reserva, según testimonios recogidos por este medio de comunicación.
A parte de las narcocarreteras hay cientos de puntos ciegos con pequeñas brechas que van conectando a propiedades, como si se tratara de un interconexión bien elaborada para narcolaboratorios.
La deforestación que estas narcocarreteras llevan a la zona núcleo de la Biósfera de la Reserva del Río Plátano. Todo comenzó con una sola calle que ahora conecta a decenas de arterías que a su paso trajeron más deforestación.