Como ya es tradicional, la esposa del mandatario hondureño Juan Orlando Hernández usó un vestido de tela lenca, con mangas de ángel y bordados llamativos en honor a la flora nacional.
Para enmarcar su silueta, en la cintura sobresalían tonos rojos, naranjas y verdes que imponían el infaltable sello catracho.
Esta vez optó por unos stiletios rojos, un pequeño collar, el cabello suelto y una discreta bolsa de mano.
Contrario a otros años, la mascarilla -obligatoria por el covid-19- complementó su atuendo.
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