Tegucigalpa, Honduras
Resumir más de tres décadas de trabajo arduo en el periodismo de investigación y crónica social no es fácil, decirle adiós a uno de los rostros femeninos más consentidos de la televisión nacional tampoco lo será.
Pero la vida es de ciclos y Nora Schauer, una figura pionera del periodismo social en Honduras, decidió cerrar una de las etapas más hermosas de su carrera como comunicadora.
La reconocida cronista social deja el país y con las fuerzas de un águila decide emprender un vuelo lleno de nuevos retos para su vida personal y profesional.
¿Por qué se va del país?
Es una decisión que tomé hace dos meses por motivos personales, mi mamá siempre decía que uno siente cuando los episodios de la vida se van cerrando, y yo siento que en mi vida personal hay muchos capítulos cerrados.
A nivel profesional me duele dejar Televicentro con más de 18 años de experiencia y el Instituto Hondureño de Turismo con siete años.
¿Cómo ha recibido la audiencia la noticia de su salida?
Estoy muy sorprendida con la reacción de las personas a través de un post en mis redes sociales, realmente a veces uno no dimensiona el cariño de la gente y con esta decisión pude ver cuánta gente me quiere.
¿En qué consisten sus nuevos retos?
Primero me tomaré dos meses de vacaciones, desconectada de las redes, para recorrer la Florida y visitar otros lugares, luego continuaré con el proyecto de terminar mi libro que comencé hace 10 años, se llama “Honduras jamás te cambiaría”.
Su libro “Honduras jamás te cambiaría”... entonces, ¿por qué se va del país?
Sí, curiosamente el nombre confronta, pero la esencia de esta obra se basa en que después de tanto viajar y conocer hermosos destinos europeos me doy cuenta que mi país tiene mejores cosas que ofrecer.
En esta etapa trato de buscar el equilibrio entre el nombre del libro y ligarlo con mi nueva vida.
¿Qué diría su madre de esta decisión?
(Después de respirar profundamente... guarda silencio por unos segundos mientras rueda un par de lágrimas por su mejilla) Estaría feliz porque ella siempre nos decía: “Hagan lo que les dicte su corazón, sean personas honestas y rectas, que a las personas así siempre les irá bien”.
Esta es una etapa que me llena de mucha nostalgia pues mi familia laboral me ha manifestado su aprecio y me voy contenta porque en todo este tiempo me extendieron su confianza, fueron 18 años muy maravillosos en mi vida.
Para cerrar esta amena conversación, compartanos una anécdota que jamás olvidará en su vida.
Algo que siempre recordaré es que cuando apenas tenía 12 años, en el edificio donde vivía estaba una maestra argentina que daba clases de etiqueta, y a esa edad yo subía las gradas como “caballo” je, je, je, y ella le dijo a mi mamá: “Doña Nora, fíjese que me da vergüenza que mis alumnas escuchen cómo su hija sube y bajas las gradas, le regalaré el curso”.
Mi madre me mandó y en ese momento yo pensaba que jamás me servirían ese tipo de conocimientos, sin imaginarme que esa sería la primera puerta para que yo me dedicara a la crónica social. Y así como esta, muchas experiencias me ayudaron a forjarme en este ámbito, leer es vital y también saber cómo manejarse y comportarse ante las personas.
