Olancho, Honduras
Las casi cuatro horas y media de viaje de Tegucigalpa a Olancho valen la pena solo por la certeza de llegar a la cuna del tapado olanchano, uno de los platillos más deliciosos de la gastronomía hondureña.
En esta nueva entrega de Tierra Adentro les compartiré mi experiencia con la gastronomía olanchana, que suma a su oferta otras recetas que deleitan el paladar, como las rosquillas en miel y los lácteos.
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Sabores tras sabores
Las personas no necesitan tener un exigente paladar para comprender lo que voy a describir a continuación.
Al tapado olanchano suelen confundirlo con el costeño, sin embargo, no tiene ninguna similitud. Este platillo no es muy caldoso como las otras sopas que solemos degustar.
Su tonalidad es de color rosa pastel con un sabor dulce que fascina de inmediato al paladar. La impresión fue tanta que decidí averiguar por qué este platillo es así.
Algunos pobladores aseguran que es por la carne salada de res, otros afirman que es por el chorizo; pero el verdadero secreto es la salsa de tomate dulce y la leche de coco que convierte al tapado en una delicia con un sabor incomparable.
Sin duda, Olancho es la tierra del buen sabor, ya que aquí también puede degustar las rosquillas en miel. Su textura suave y firme se combina muy bien con el toque acaramelado que deja una sensación atrayente en cada bocadillo.
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Este postre, que se ha expandido por casi toda Honduras, es autóctono de este departamento, donde las rosquillas, que son preparadas por manos olanchanas, son las mejores para lograr esta textura y sabor.
Y qué decir de los lácteos, todos los hondureños sabemos que el mejor queso, mantequilla y quesillo proviene de esta zona montañosa que sabe dar productos de alta calidad.