James entregó unos documentos a la corte en los que apuntó que, aunque no hay motivos para su destitución, se hará a un lado luego de que se resuelvan varios asuntos pendientes. El documento no brinda un plazo para su renuncia.
“El señor Spears sigue prestando sus servicios diligentemente y no debe ser suspendido ni destituido, y menos aún basándose en acusaciones falsas”, señala el documento. “El señor Spears está dispuesto a renunciar cuando sea el momento adecuado, pero la transición debe ser ordenada e incluir una resolución de los asuntos pendientes ante el tribunal”, añade.
Esos asuntos incluyen la siguiente revisión judicial de las finanzas de la cantante, la cual se ha postergado por meses de disputas públicas y legales sobre el papel de James Spears y la legitimidad de la tutela por parte de Britney Spears y, en las últimas semanas, de su nuevo abogado.
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Los documentos señalan que James Spears ha sido “el blanco incesante de ataques injustificados”, pero que “no cree que una batalla pública con su hija sobre su servicio continuo como su tutor sea lo mejor para ella”.
Añade que Spears luchará contra la solicitud para forzar su salida, pero que trabajará con la corte y con el abogado de Britney Spears, Matthew Rosengart, en las siguientes etapas.
'Nos complace que el señor Spears y su abogado hayan admitido hoy en una presentación que debe ser destituido”, dijo Rosengart en un comunicado. “Es una reivindicación para Britney”.
Spears ha dicho que estaba trabajando en un plan para renunciar a su papel antes de que su hija contratara a Rosengart el mes pasado.
Durante gran parte de la tutela, que se estableció en 2008, James Spears supervisó los asuntos personales y el dinero de su hija. En 2019, renunció a ser su tutor personal, pero mantuvo el control de sus finanzas.
Sin embargo, fue el blanco de gran parte de la molestia de su hija en un par de discursos ante la corte realizados en junio y julio, en los que la cantante señaló que la tutela era “abusiva”. En junio, Spears dijo que le habían obligado a utilizar un dispositivo intrauterino para el control como método anticonceptivo, a tomar medicamentos en contra de su voluntad y que le habían impedido casarse, tener otro hijo o incluso viajar en el coche de su novio sin supervisión.
“Esta tutela me está haciendo mucho más daño que bien”, dijo Spears, de 39, años. “Merezco tener una vida”.
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Apenas la semana pasada James Spears luchaba para mantener el control en documentos judiciales. Dijo que las acusaciones en el testimonio de su hija son “infundadas” y necesitan una investigaicón además de que involucran asuntos que han estado fuera de su control por mucho tiempo.
Sugurió que Jodi Montgomery, quien asumió el papel de tutora de los asuntos personales de Britney Spears, merecía escrutinio si las acusaciones eran ciertas.
Rosengart dijo que a pesar de celebrar la nueva postura, no aceptaba la presión de James Spears, quien no debería esperar para renunciar.
“Anhelamos continuar con nuestra vigorosa investigación sobre la conducta del señor Spears, y otros, en los últimos 13 años, cuando obtuvo millones de dólares del patrimonio de su hija, y ansío tener la declaración jurada del señor Spears en el futuro cercano”, señala el comunicado de Rosengart. “Entretanto, en vez de hacer acusaciones falsas y hacer señalamientos baratos a su propia hija, el señor Spears debería permanecer en silencio y hacerse a un lado inmediatamente”.
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