La noche llegó, el reloj estaba por marcar las siete y las butacas del Teatro Nacional Manuel Bonilla (TNMB) poco a poco iban siendo ocupadas por los invitados.
Las luces se apagaron y en el escenario se desplazó una línea de bailarines y bailarinas. Así inició la primera presentación del Teatro de Danza de Harlem en el país, la primera nación centroamericana que este grupo visita desde su fundación.
Ataviados con un ligero y colorido vestuario, los artistas de la danza empezaron su espectacular exhibición, impecable de principio a fin.
“Gloria” fue el nombre de la primera parte, inspirada en composiciones de Antonio Vivaldi. El ballet capturó la atención del auditorio que ovacionó este primer segmento dividido en seis actos intensos y alegres.
En esta parte del programa tuvieron participación las diez bailarinas hondureñas seleccionadas de diversas escuelas y academias públicas y privadas.
La coreografía es de Robert Garland, quien al crearla la dedicó a la Iglesia Bautista Abisinia de Harlem.
Después de una pausa el telón se abrió nuevamente, lo que vino después fue “El lago de los cisnes”, el acto III Pas de Deux, con la magistral presentación de Nayara Lopes y Samuel Wilson, que con la elegancia, intensidad y exquisitez de su interpretación llenaron de aplausos el Teatro Nacional.
Dancing on the Front Porch of Heaven encierra todo el drama, la nostalgia y la añoranza de seres que ya no están, y es a la vez una invitación a vivir cada momento como si fuera el último.
Keith Saunders, maestro de ballet de la compañía, lo calificó como “un trabajo muy serio, que trata con asuntos muy delicados de la vida”.
La coreografía es la encarnación en el ballet de un período difícil en la vida del coreógrafo Ulysses Dove, que después de haber perdido a trece amigos cercanos y familiares, decidió “crear un monumento poético a la gente que amaba” con este ballet.
La recta final del programa fue Return, que estuvo marcada por la alegría y sensualidad de la música y el movimiento.
El soul de James Brown, Alfred Ellis, Aretha Franklin y Carolyn Franklin llenó los cuerpos de los bailarines en una fusión de ballet y danza moderna totalmente alegre y pegajosa.
Robert Garland, creador de la coreografía, llamó a este estilo de ballet: neoclasicismo urbano post moderno.
Este fue un segmento explosivo, lleno de juventud, frescura y desenfado.
La embajadora de Estados Unidos, Lisa Kubiske, se mostró completamente satisfecha al compartir con Honduras la presentación de uno de los grupos de ballet más importantes de su país, “nos enorgullece compartir con ustedes una dimensión extraordinaria de nuestra cultura”, expresó en su discurso de bienvenida. Kubiske dijo que los miembros de la compañía son reconocidos embajadores de la cultura estadounidense, y que la visita del grupo a Honduras es histórica, ya que es la primera vez que se presentan en Centroamérica.
Oportunidad
En su visita al país, los miembros del Teatro de Danza de Harlem recorrieron diferentes escuelas y academias, y pudieron conocer un poco del gran talento de los bailarines hondureños.
Y como parte de su trabajo de extensión en los países donde se presenta, la compañía becó a dos jóvenes bailarines de la Escuela Nacional de Danza Merceditas Agurcia, ellos son Christian Lazo (17 años) y Valeria Alvarado (14 años), quienes viajarán a Nueva York donde el Teatro de Danza de Harlem tiene su sede, para estudiar ballet durante cuatro semanas.
Presentaciones
Usted no debe perderse las dos presentaciones gratuitas que el Teatro de Danza de Harlem realizará hoy y mañana a las 6:30 de la noche en el Teatro Nacional Manuel Bonilla (TNMB).